Nero (Nero Claudius Caesar)

Nerón en castellano, nació el año 37 d.C. y murió en el año 68 d.C. Emperador de Roma desde el 54 al 68 d.C., era hijo de Agripina y fue adoptado por el Emperador Claudio. Con Séneca como tutor, Nerón fue educado por su padrastro para convertirlo en su heredero. En el año 53 d.C. se casó con Octavia, hija de Claudio. Los primeros años de su reinado fueron relativamente tranquilos gracias sobre todo a la influencia de Séneca; Nerón respetaba al Senado y el orden existente. Los poetas lo glosaron como el iniciador de una nueva era dorada. Más tarde ordenó el asesinato de su madre Agripina y desterró a su mujer por no haberle dado un heredero. Se volvió cada vez más tirano y se deshizo de sus consejeros más sensatos. Realizó excéntricas apariciones en público como artista y auriga, persiguió a los ciudadanos por traición y tras el gran incendio de Roma en el año 64 d.C. hizo recaer las sospechas sobre los cristianos. La sospecha de que el mismo Nerón había iniciado el incendio no puede probarse, pero resulta indicativa de la opinión que de él tenían sus súbditos. No obstante, no hubo una persecución sistemática real de los cristianos ya que los acontecimientos se limitaron a la ciudad de Roma. Tras el fracaso de la conspiración contra Nerón urdida en el Senado y encabezada por Piso, la represión se intensificó. Debido a los levantamientos en las Galias, España y África, la Guardia Pretoriana retiró su apoyo a Nerón y declaró su lealtad a Galba como emperador. El Senado declaró a Nerón enemigo del pueblo romano, hecho que le llevó a suicidarse. Su muerte marcó el final de la dinastía imperial Julio-Claudia.