Usura

Es el nombre medieval del préstamo con interés, que estaba considerado por algunos teólogos como más grave que el homicidio. Se edificó toda una reglamentación eclesiástica para prohibir la ganancia sin trabajo.

En caso de que hubiera riesgo la prohibición desaparecía. Así, la sociedad comercial en que un capitalista aporta su dinero, que podía fructificar, es autorizada por santo Tomás, ya que cada socio soporta, entonces, su responsabilidad, tanto en caso de beneficios como de pérdidas

Son numerosos los documentos que describen el contrario estado de de opinión que existió hacia la figura del usurero, como alguien cuya salvación se plantea algo ardua y problemática y la Iglesia y sus apologistas siempre incluyeron en los primeros lugares de sus listas de grandes pecadores a estos personajes “cuyo dinero trabaja para ellos aun durante el sueño de sus amos”.

La función bancaria sobrellevó en la Alta Edad Media un estigma moral, en relación con el tema de la usura y su problemática legitimidad a los ojos de la Iglesia.