Alambor
Talud en la zona baja de torres y murallas para reforzarlas, mantener a distancia a las máquinas de asalto, provocar el rebote de los proyectiles defensivos y reducir ángulos muertos. Aunque es a partir del siglo XII cuando comienza a difundirse su uso, es a mediados del siglo XV cuando se generaliza su uso con las nuevas técnicas pirobalísticas.