Glosario Bioética / Término
La palabra corromper significa alterar y trastocar la forma de alguna cosa, y tiene su raíz en la palabra latina corrumpere que, a su vez, se compone de cum (junto) y rumpere (romper). Por consiguiente, etimológicamente, la palabra corrupción implica una alteración viciosa de un original realizada con complicidad. En otras palabras, se expresa la idea de un acto que altera el estado de las cosas, mediante una complicidad de otro agente. Se piensa que fue Joseph A. Centuria (1931) quien definió la corrupción como el abuso de la función pública en pos de un beneficio privado. Por tanto, la comprensión del término se redujo a la esfera pública, señalando una conducta motivada por intereses personales mediante una acción indebida (abuso). Así se distingue entre: a) cohecho, un intercambio voluntario de prestación y contraprestación entre los actores para beneficio mutuo (la relación entre soborno y sobornado); b) extorsión, una coacción para obtener un beneficio; c) malversación, el uso indebido de fondos públicos; d) especulado, el hurto de fondos públicos; e) nepotismo, la discriminación ilícita de personas para acceso a un cargo público o a las prestaciones de lo mismo basándose en razones de parentesco, amistad u otra afinidad. Implicaciones éticas: éticamente, la corrupción es el abuso de poder (político, económico, medial, etc.) para provecho personal (o de un grupo). En la esfera pública, la corrupción en la sociedad provoca una desconfianza sistémica frente a las instituciones estatales. La corrupción atenta contra dos grandes valores claves para la convivencia: la verdad (el ethos de la verdad constituye un imperativo ético que posibilita lo humano en su autorrealización en la apertura hacia el otro) y la justicia (imperativo ético de dar a cada uno lo que le corresponde por derecho). La corrupción es una mentira social porque abusa del poder, sea este público o privado. El poder es una posición de servicio y, por ello, abusar de él contradice su razón de ser. No se puede asumir un poder para autoservirse, ya que, en aquel mismo momento, se explota a otros, justamente para servir los propios intereses a costa de los demás. La gravedad de la corrupción reside en la introducción de la mentira que destruye, en primer lugar, al causante y, también, falsifica las relaciones interpersonales impidiendo la auténtica comunicación. Por ello añade el atentado contra la justicia que ordena las relaciones entre las personas y su institucionalización en estructuras correspondientes. Así, la corrupción falsifica (es decir, miente sobre) las relaciones interpersonales y llega a ser una injusticia social de graves consecuencias antropológicas, porque introduce la sociedad dentro de un contexto de mentira social.
Enlace permanente: Corrupción - Fecha de creación: 2017-05-24