Felicidad

Dicha, prosperidad. Puede poseerse en mayor o menor grado, además, en distinto tiempo en la vida de la misma persona, y goza de una fuerte dosis de subjetividad. Una vida es feliz cuando la persona ha alcanzado las metas que considera valiosas; contando con su esfuerzo y con la fortuna, llevar a plenitud las potencialidades inherentes a un ser algo. La felicidad, como postulado ético, no consiste en un acopio numérico de experiencias sensoriales placenteras y en evasión del displacer, sino en la autorrealización personal inscrita en un proyecto de vida, constituyente de una biografía, proyecto compartido relacionalmente de acuerdo con la lógica de la vida que invita siempre a un ser más, en el pluralismo de visiones del mundo que construye el escenario socio-histórico de la condición humana. La felicidad no consiste simplemente en hacer lo que se quiere, sino en querer lo que se hace como apropiación fruitiva de los bienes materiales y espirituales, de lo real que beneficia y deleita.