Libertad

La libertad entendida como principio moral, constituye un objetivo fundamental de la vida humana, es la primera condición de la vida moral de un pueblo. Es uno de los valores más preciados para todos los seres humanos, pero siempre que sea articulable con la autonomía de los demás ciudadanos. Desde el punto de vista individual, es la condición para ser sujeto, es el proceso de hacerse persona mediante la liberación de las propias cadenas internas que quitan protagonismo a la propia vida, y da la liberación para un ideal que el sujeto visualiza como plenitud de lo humano; constituye la capacidad de autodeterminación de la voluntad, que permite a los seres humanos actuar como deseen. El término se vincula al de soberanía de un país en su vertiente de libertad nacional. Desde esa perspectiva última la libertad puede ser civil y política. Libertad es posibilidad y posibilidad es futuro. Independencia. Poder de escoger. Poder de obrar o no obrar. La libertad, como dijo José Martí, es el derecho que todo hombre tiene de ser honrado, pensar y hablar sin hipocresía. Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado. Estado opuesto a la servidumbre o a la esclavitud. No existe libertad absoluta, ni para la persona, ni para su grupo social de pertenencia, ni para los nacionales de un país, ni para las asociaciones de países, etc. En consecuencia, la libertad y la autonomía pasan necesariamente por las instancias relacionales que les imprimen una nueva valoración moral y jurídica. Libertad significa, de una parte autodeterminación, esto es, la facultad de elección y de decisión sobre nuestras acciones y los medios para llevarlas a cabo; de otra, la autodeterminación responsable, es decir, hacerse cargo de responder de las consecuencias de nuestra conducta (activa u omisiva) consciente y libremente escogida. Véase valores.