Juego
De acuerdo con el historiador Johan Huizinga, el juego es actividad libremente asumida, voluntaria, esencialmente placentera. Es actividad desinteresada, sin propósito ulterior, intencionalidad o búsqueda deliberada de algún beneficio. Es válida en sí misma y contiene su propio sentido. Es actividad provisional y temporal, que se desarrolla dentro de límites de tiempo y espacio determinados, como si estuviese fuera del curso habitual de la vida, acompañada de una conciencia de ser de otro modo. Es actividad creadora de un orden propio y absoluto, sometido a reglas que determinan un modo de hacer las cosas y los límites de todo lo que tiene sentido. Regularmente va acompañada de tensión y encierra un elemento de competencia. Horace Freeland interpreta que el trabajo científico en un sentido profundo tiene características de juego. Un pintor, un poeta, un escritor, un matemático o un físico, lo mismo que un niño que juega, están tratando de resolver un problema. Muchos científicos han insistido en esta idea. Se trata de un complicado y excitante juego creativo en el que intervienen la curiosidad, una cierta pasión por el saber, el esfuerzo, la disciplina y la casualidad. Un juego que al igual que el arte no se puede desarrollar sin la complicidad del inconsciente, y que está lleno de goce y belleza. Isaac Newton, probablemente el científico más grande de la historia de la humanidad, comparaba su trabajo con el juego, diciendo que se veía como un niño jugando en la playa, divirtiéndose al encontrar nuevas piedras o conchas, mientras el gran océano de la verdad permanecía sin descubrir frente a él. El gran inventor Thomas Alva Edison, confiesa que el proceso de inventar le recuerda sus mejores momentos de la infancia, porque es como un juego libre y placentero.