Forman la base de la organización espacial urbana y son 5 grandes principios, a saber (sensu Dioxiadis):
Maximización de contactos potenciales con los elementos naturales (árboles, agua), con las demás personas y con las estructuras construidas (carreteras, puentes, edificios).
Minimización del esfuerzo requerido para la realización de dichos contactos.
Optimización del espacio protector (i.e.: burbuja urbana, cinturón verde, murallas y compuertas).
Optimización de la calidad de las relaciones entre las personas y su entorno, favoreciendo el orden estético, la arquitectura y el arte.
Sintetización de los cuatro principios anteriores mediante prácticas administrativas participativas (i.e.: cabildos, asociaciones de vecinos, municipios) y un marco legal ciudadano.
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