Glosario Economía / Término

Democracia

El término democracia procede del griego y significa gobierno del pueblo. Los primeros ejemplos de gobierno democrático conocidos son los de las antiguas ciudades-estado griegas, en las que se practicaba una forma de democracia directa, mediante la participación de los ciudadanos en asambleas populares. La democracia moderna es en cambio representativa, es decir que son los representantes elegidos por el pueblo quienes deliberan acerca de as principales decisiones a tomar. El punto de arranque de la democracia moderna fueron las revoluciones americana y francesa de fines del siglo XVIII, pero el momento preciso en que se estableció la primera democracia depende de la definición exacta que se adopte

Las definiciones clásicas se han centrado en la fuente de legitimidad del gobierno (la soberanía popular), en el propósito del gobierno (el bien común) y en el procedimiento para formar el gobierno (mediante la decisión de los representantes del pueblo). Este último fue el aspecto destacado por Joseph Schumpeter en su libro de 1942, Capitalismo, socialismo y democracia, en el que criticó la validez de las definiciones basadas en la fuente de legitimidad y el propósito del gobierno y propuso definirla en términos de procedimiento, es decir en la competencia por el voto del pueblo entre quienes aspiran a gobernar. En esa misma línea y en un libro publicado en 1991, La tercera ola, Samuel Huntington ha definido el sistema democrático como aquel en que el poder se basa en elecciones “limpias, honestas y periódicas” en las que los candidatos compiten libremente por los votos y virtualmente toda la población adulta tiene derecho al voto, lo cual implica la existencia de libertades de expresión, reunión y asociación que hagan posible el debate político y permitan la organización de campañas electorales.

Una definición basada en el procedimientos tiene la ventaja de que permite identificar si un sistema es democrático mediante el análisis de aspectos como la limpieza electoral y el control parlamentario del gobierno, pero en último término una democracia implica también un consenso general sobre unos principios éticos fundamentales, que se pueden resumir en una concepción de la dignidad humana que postula la libertad y la igualdad de todos los hombres y mujeres. La declaración de independencia de los Estados Unidos de América lo planteó así en 1776, al afirmar que “todos los hombres son creados en la igualdad, y dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables entre los que se encuentran la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”, y que para asegurar esos derechos crean los hombres gobiernos “que derivan sus justos poderes del consentimiento de los gobernados”. Más de dos siglos después Ronald Dworkin, en su libro La democracia posible (2006), ha definido los dos principios básicos de la dignidad humana en los que se basa el consenso democrático como el “principio del valor intrínseco” y el “principio de la responsabilidad personal”. El primero, que responde al ideal de igualdad, implica que todas las vidas humanas tienen un valor y que es importante que todas las personas tengan la oportunidad de desarrollar su potencialidad. El segundo, que responde al ideal de libertad, implica que corresponde a cada persona la responsabilidad de desarrollar su propia potencialidad, de acuerdo con sus propios valores personales.

En su libro de 1991, La tercera ola, Huntington ha propuesto una periodización de la historia de la democracia basada en tres periodos de avance, que denomina olas, separados por dos de retroceso. La primera ola, que arrancó de las revoluciones americana y francesa de fines del siglo XVIII, condujo a mediados del siglo XIX a la aparición de los primeros sistemas políticos que satisfacían los criterios mínimos de la democracia, definidos como un gobierno responsable ante un parlamento que a su vez es elegido periódicamente por un cuerpo electoral suficientemente amplio. La derrota de los imperios centrales en la Primera Guerra Mundial condujo al punto más alto de esta primera ola y el retroceso se inició poco después con el establecimiento del régimen fascista en Italia. A partir de entonces se produjo el auge de las dictaduras, que llegó a su ápice con la conquista alemana de gran parte de Europa en la II Guerra Mundial. La derrota del Eje dio inicio una segunda ola democratizadora, que se vio potenciada por la descolonización, pero esta segunda ola fue de breve duración, pues el reflujo se inició a comienzos de los años sesenta, con el avance de las dictaduras en Asia, África y América latina. La tercera ola democratizadora se produjo en el último cuarto del siglo XX. Su inicio se produjo con la caída de las dictaduras de la Europa mediterránea y su momento culminante fue el hundimiento del comunismo, que desde 1945 había representado la gran ideología que rivalizaba con la democracia.

Enlace permanente: Democracia - Fecha de actualización: 2018-10-12 - Fecha de creación: 2018-10-12


< Demanda nacional Glosario Economía Demografía >

Glosarios especializados

Este sitio web es posible gracias a que muestra publicidad en línea a sus visitantes.
Por favor, ayude a que pueda seguir existiendo deshabilitando su bloqueador de anuncios (adblocker).
Muchas gracias.