Glosario Educación física / Término
(Entrenamiento deportivo) El descanso en el proceso de preparación del deportista, se refiere al estado de relajación posterior a una actividad física o mental de alta intensidad. Este espacio de recuperación del deportista se denomina también como descanso activo (ejecución de ejercicios y movimientos de baja intensidad, con intercambio de oxígeno). (Levay, D. 2013).
Con el descanso se consigue no sobrecargar el músculo con mucho ejercicio y que tarde mucho en recuperarse y poder volver al ejercicio de forma mucho más plena y con mucha más energía.
La planificación de la actividad física lleva consigo una serie de decisiones entorno a la carga de entrenamiento, volumen y un largo etcétera de factores relativos a la preparación deportiva. Muchas veces se centra la atención únicamente en el esfuerzo, sin tener en cuenta otros aspectos como es el descanso. En él asumimos todo el esfuerzo aplicado en el entrenamiento para que el organismo se adapte poco a poco a una nueva situación interna. Por ello hay que darle la misma importancia tanto a la práctica como a los periodos de descanso, ya sean de un tipo u otro.
El descanso es una parte fundamental del entrenamiento y acondicionamiento físico, ya que es durante ese período cuando el organismo repone el desgaste sufrido en el ejercicio fortaleciendo los músculos para prevenir futuras lesiones. En el ejercicio los músculos se desgastan y producen microrroturas fibrilares que se recuperan con el descanso.
¿Cuánto descanso es necesario?
Esto depende del entrenamiento. En los deportistas profesionales el umbral de entrenamiento es más alto y no necesitan tanto descanso como los amateurs, es suficiente con algunos descansos activos. Sin embargo, las personas comunes aunque estén entrenadas, necesitan un descanso de entre 48 y 72 horas de cada grupo muscular antes de volver a trabajarlo. Es decir que cuando se realiza trabajo de fuerza (con peso), debe esperarse el tiempo mencionado antes de volver a trabajar la misma zona. En ese tiempo, mientras se descansa un grupo, lo conveniente es trabajar otro grupo de músculos. cuando se trata sólo de entrenamiento aeróbico, con un descanso de 24 horas entre una sesión de entrenamiento y otra es suficiente.
Es muy importante además pasar de la fase de reposo al entrenamiento y posterior reposo de forma progresiva y gradual, nunca de forma brusca. En este sentido cobran gran relevancia el calentamiento previo y el estiramiento posterior al ejercicio.
El descanso activo
Se trata de un tipo de descanso que se encuentra entre el reposo total y el entrenamiento. La idea es realizar una actividad física suave de menor intensidad a la que se realiza regularmente, con el fin de mantener activo el metabolismo. Podría ser una caminata de 45 minutos, andar en bici, nadar o una ligera carrera de unos 20 minutos. Este tipo de actividades más suaves pueden ser realizadas los fines de semana o esos días en los que por diversas razones (cansancio, mal clima, etc.) no se tienen ganas o energía para entrenar fuerte.
Este descanso activo es tan importante como el entrenamiento intenso y ayuda a prevenir las lesiones y el desgaste físico. Con él el cuerpo se relaja y repone del esfuerzo acumulado, con lo que a la larga se rinde más.
Hay que encontrar el equilibrio entre el entrenamiento intenso y los descansos activos. Así como se planifican las sesiones de ejercicios fuertes, deben planearse las de sesiones más leves.
El sueño
El sueño reparador es fundamental para la recuperación muscular posterior al entrenamiento. Las 7 u 8 horas de sueño, son sumamente necesarias para que el cuerpo asimile los cambios y los músculos se regeneren.
También es importantísimo evitar el ejercicio físico unas horas antes de ir a la cama, para que no se produzca insomnio ni se dificulte conciliar el sueño.
Enlace permanente: Descanso - Fecha de creación: 2018-01-26