Glosario Filosofía / Término
El término latino absolutus (suelto de, separado de, o sea libre de toda relación, independiente) corresponde probablemente al significado del término griego kath´auto (o por sí) con referencia al cual dice Aristóteles: “Por sí y en cuanto él mismo es significa la misma cosa; por ejemplo, el punto y la noción de recta pertenecen a la línea por sí, porque pertenecen a la línea en cuanto línea”. En este sentido la palabra calificaría una determinación perteneciente a una cosa por la misma substancia o esencia de la cosa, y por lo tanto, intrínsecamente. Éste es, de los dos significados de la palabra distinguidos por Kant, el que cree más difundido, pero menos preciso. En este sentido “absolutamente posible” significa posible “en sí mismo” o “intrínsecamente” posible. Partiendo de este significado, Kant distingue otro, que cree preferible, según el cual la palabra significaría “bajo toda relación”, y en tal caso “absolutamente posible” significaría posible bajo todo aspecto o bajo toda relación.
Estos dos significados se mantienen aún en el uso genérico de la palabra, pero el segundo prevalece, quizás porque resulta menos dogmático y no apela al misterioso en sí o a la naturaleza intrínseca de las cosas. Por ejemplo, decir “Esto es absolutamente cierto” puede querer decir “esta proposición contiene en sí misma una garantía de verdad”; pero también puede querer decir “Esta proposición se ha verificado ampliamente y no hay todavía nada por lo que pueda considerarse como falsa”, de lo que se deduce que el segundo significado es menos dogmático que el primero. Así responder “Absolutamente no” a una pregunta o a un requerimiento, significa simplemente estimar que este “no” se halla sólidamente apoyado por buenas razones y, por lo tanto, será mantenido. Estos usos comunes del término corresponden al uso filosófico que genéricamente es el de “sin límites”, “sin restricciones” y, en consecuencia “ilimitado” o “infinito. Es muy probable que la difusión de la palabra, que surgió en el siglo XVIII sea debida al lenguaje político y a expresiones como “poder Absoluto” “monarquía Absoluta”, etc., en las cuales la palabra significa claramente “sin restricciones” o “ilimitado”.
La gran boga filosófica del término se debe al Romanticismo. Fichte habla de una “deducción Absoluta”, de “actividad Absoluta”, de “haber Absoluto”, de “reflexiones Absolutas”, de “Yo Absoluto”, para indicar, bajo esta última expresión, el Yo infinito, creador del mundo. Y en la segunda fase de su filosofía, al querer interpretar al Yo como Dios, abusa de la palabra: “El Absoluto es aquello que es absolutamente, reposa sobre y en sí mismo absolutamente”, “Él es lo que es absolutamente porque es por sí mismo... porque al lado del Absoluto no queda nada de extraño pero en cambio se desvanece todo lo que no es el Absoluto.” La misma inflación de la palabra se encuentra en Schelling, el cual, como Fichte de la segunda época, adopta por lo demás el sustantivo “Absoluto” para designar el principio infinito de la realidad, o sea a Dios. El mismo uso de la palabra se encuentra en Hegel para quien, como para Fichte y Schelling, el Absoluto es al mismo tiempo objeto y sujeto de la filosofía y, aun cuando diferentemente definido, se caracteriza por su infinitud positiva en el sentido de hallarse fuera de toda realidad finita y de comprender en sí toda realidad finita. El principio expuesto en la Fenomenología (que sigue de cerca la teoría schellinguiana): “El Absoluto es esencialmente el resultado y que él solo en sin, es lo que es en verdad” lleva a Hegel a denominar Espíritu Absoluto a los grados últimos de la realidad, aquellos en los cuales la realidad se revela a sí misma como principio autoconsciente infinito en la religión, en el arte y en la filosofía. El Romanticismo ha fijado así el uso de la palabra, ya sea como adjetivo o como sustantivo.
Enlace permanente: Absoluto - Fecha de creación: 2017-04-28