Cañón
Valle caracterizado por tener flancos rectos, verticales, a cuyo pie se acumula un talud de derrubios. Son frecuentes en los paisajes kársticos. Están generalmente recorridos por cursos de agua, que, a menudo, proceden de áreas externas a la zona kárstica. En las paredes se observan aberturas de cuevas y son frecuentes las surgencias, que aportan agua al cauce principal. También en ocasiones terminan en auténticos fondos de saco, cerrados por escarpe de roca dura, donde aparece el río en forma de resurgencia vauclusiana. En su modelado interviene la disolución, en superficie y en profundidad, del roquedo calcáreo y no se descarta los fenómenos de hundimiento. Una forma de producirse es por disolución de antiguos cauces, cuyas aguas van perdiéndose hacia el interior, dejando el valle muerto, bajo el cual se desarrollan cavidades y galerías subterráneas con circulación de agua. El hundimiento del techo de tales galerías daría lugar a la formación del cañón y a que el agua volviera a correr en superficie. En el cañón se produce una poderosa erosión lineal con karstificación. Dado que en los cañones el aporte de agua procede de surgencias laterales, no se observan valles afluentes, que alteren las características de las paredes.