Morfogénesis en áreas de montaña
Las áreas de montaña se distribuyen en el mundo de manera azonal. Se da una relación entre altitud y latitud entre los elementos del clima, temperaturas y precipitaciones, de forma que, en los Alpes, el ascenso de 1.000 m en altura equivaldría al ascenso de 10.000 km en latitud. En todos los tipos de climas existen áreas de montaña que presentan características diferentes de las de la zona climática en la que se insertan. Las montañas muestran un escalonamiento altitudinal en pisos, tanto de vegetación como morfoclimáticos, que no se encuentran a la misma altura en todas ellas debido a distintos factores, aunque son, fundamentalmente, la exposición al sol y la latitud los que explican en gran parte, esas diferencias. Además de la altitud, las pendientes favorecen la aparición de importantes formas debidas a los fenómenos de ladera, en los que el grado de la pendiente y la acción de la gravedad se suman. En una misma zona montañosa, las características del clima, y por tanto de la vegetación, varían con la exposición a los rayos solares. La solana, al recibir más tiempo los rayos del sol que la umbría, se ilumina y calienta más, motivo por el cual, los árboles alcanzan un límite altitudinal mayor. En cuanto a la vertiente de barlovento, al recibir mayor volumen de precipitaciones que la de sotavento, en la que se puede dar incluso el fenómeno de sombra pluviométrica así como alcanzar mayor temperatura, favorece que el límite altitudinal de los árboles alcance mayor altura en esa vertiente de barlovento de la montaña. Todo esto origina que, a pesar de que en todas las montañas existan esos pisos morfoclimáticos a los que aludíamos antes, éstos se hallen a diferentes alturas.