Declaración Balfour
Para ganarse el apoyo de la comunidad judía europea, el ministro de asuntos exteriores británico Arthur Balfour se comprometió en una carta dirigida al dirigente sionista británica Lord Rothschild el 2 de noviembre de 1917 a apoyar la constitución de un Estado judío en la entonces posesión turca de Palestina. Aunque la declaración señalaba que el nuevo estado no debía causar perjuicio alguno a los derechos de la población árabe del territorio, este compromiso era claramente contradictorio con la promesa hecha en el mismo período a los dirigentes árabes que se habían rebelado contra los turcos de otorgarles el gobierno de Palestina. Tras la guerra, Palestina fue asignada a Gran Bretaña como mandato de la Sociedad de Naciones. En adelante, los intentos británicos de reconciliar ambas promesas marcaron el inicio de los problemas posteriores en esa zona del mundo.