Navarra, casa de
A la muerte del rey Sancho III heredó en Reino de Navarra su hijo García de Nájera (1035-1054), iniciándose así la Casa de Navarra. La muerte de su sucesor Sancho IV de Peñalén (1054-1076) puso en manos aragonesas el reino de Navarra, que permaneció unido a Aragón durante los reinados de Pedro I y Alfonso I. Al morir este último sin descendientes, los navarros se desvincularon de Aragón y proclamaron rey a García Ramírez (1134-1150). Con sus sucesores Sancho VI (1150-1194) y Sancho VII (1194-1234), bajo cuyo reinado se perdieron Álava y Guipúzcoa, Navarra fue un reino residual constreñido entre sus dos poderosos vecinos, Castilla y Aragón.