Peloponeso, guerra del
Esta fue una guerra fratricida que enfrentó a finales del siglo V a.C., alas principales polis griegas: Corinto, alarmada por la ambición conquistadora de Atenas, empujó a la guerra contra ésta a Esparta y a sus aliados de la liga del Peloponeso. Pericles, líder ateniense, dió la orden de replegar en la cindad a todos los habitantes de Atica, rehusar la lucha por tierra y aprovechar la superioridad marítima de Atenas para suministrar víveres a la ciudad y realizar expediciones contra el enemigo. Fue un fracaso: La peste se cebó en la población refugiada, muriendo también Pericles (429 a. C.). La devastación de los campos por los enemigos provocó, además de una falta inmediata de alimentos, que éstos no pudieran volver a ser cultivados, lo que llevó a la ruina a toda una clase social, la de los pequeños propietarios. A todos estos contratiempos, hay que añadir los sonados fracasos de Atenas, como la expedición a Sicilia del 415 a.C., que minaron la moral de la población. En el 404 a.C. Atenas se rinde sin condiciones. La hegemonía de Esparta es total, Aunque la ciudad de Tebas cobra también mucha fuerza. Continúan las hostilidades entre Atenas y Esparta. Por otro lado, en el 359 a. C. sube al trono Filipo II de Macedonia, que impuso su dominio a toda Grecia, y sentó lo que más tarde serían las bases del imperio de Alejandro Magno.