Románico, arte
El Arte Románico surge en Europa en el siglo X y perdura hasta el siglo XII. El período románico ha sido llamado el período de la Iglesia militante que lucha contra el pecado. Esto se debe a que se pretende alcanzar el Reino de Dios en la Tierra y huir del caos exterior que se ha producido como consecuencia de la caída del Imperio Romano. La palabra 'románico', se deriva de romanice, que quiere decir 'a la manera de los romanos', o sea a lo latino. Durante esa época se multiplican las órdenes religiosas y los monasterios se convierten en fuente de riqueza. La influencia de la iglesia crece. Por los lazos familiares que existen entre los religiosos y los nobles, el Románico llega a ser un arte intelectual y aristócrata, realizado por un artista anónimo que viaja e internaliza los estilos. La pintura en el Románico está regida por la tradición clásica del Bajo Imperio y la influencia de Bizancio. Las obras acarrean un mensaje y en general son esquematizadas. No toman en cuenta la perspectiva, las proporciones o el volumen, sino que lo único importante es la figura de Dios que juega un papel preponderante. El contenido de esta pintura muestra el deseo de reflejar lo inmutable, lo externo, lo intemporal, sin prescindir de la fuerza expresiva y de la monumentalidad. Se presenta en forma bidimensional, plana, sin perspectiva y sin profundidad. Parece realizada fuera del tiempo. Las imágenes parecen desposeídas de materia, semejando signos del espíritu.