Unión Monetaria Latina
La Unión Monetaria Latina, que ha tenido influencia mundial en la acuñación de las monedas de oro y de plata, se formó en 1865 por Francia, Bélgica, Italia y Suiza. Estos países se hallaban bajo patrón monetario bimetálico, con una relación entre la plata y el oro de 15.5 a 1. Esta relación fue establecida por Francia en 1803, siendo después adoptada por Italia y Suiza para sus monedas antes de formarse la Unión. De esta manera, el sistema francés fue la influencia predominante en la Unión. El tratado dispuso que la acuñación de monedas de oro continuara con una ley de .900 y que las denominaciones debían tener el mismo peso y valor. Grecia se adhirió a la Unión en 1868. Los países ya en ella, habían estado acuñando monedas bajo el sistema francés, antes de ser miembros de la Unión. A través de la Unión, Francia intentó establecer un sistema monetario universal basado en la unidad francesa. Y aunque no triunfó por completo en su propósito, cierto número de países que no eran miembros de la Unión basaron sus monedas de oro en los tipos de la Unión Monetaria Latina. Sin embargo, estos países retuvieron su unidad monetaria propia y acuñaron sus monedas de acuerdo con peso y ley específicos. Por ejemplo, la moneda de 20 Pesos de Guatemala tenía el mismo valor que la moneda francesa de 100 Francos. La primera Guerra Mundial produjo un grave efecto sobre la circulación monetaria de varios países, los que dejaron de acuñar las monedas de oro durante varios años. Resultado de estas dificultades fue, el fin, la disolución de la Unión Monetaria Latina en 1926. Sin embargo algunos países acuñaron oro después de esa fecha basándose en el peso y la ley establecidos por la Unión. Entre estas acuñaciones, se encuentran las monedas de Liechtenstein, Luxemburgo, Rumania y Suiza.