Veintiuna peticiones
Fueron las presentadas por Japón a china durante la Primera Guerra Mundial, por las cuales quería obtener privilegios similares, pero más amplios, a los conseguidos por las potencias occidentales, por ejemplo: las concesiones de ferrocalies y minas, acceso costeros y el poder de intervenir en los asuntos financieros, políticos y de orden público. El ultimatum, presentado el 5 de mayo de 1915, obligó al presidente de china a capitular en diversos puntos el 25 de mayo, lo cual aumentó enormemente el sentimientos antijaponés en todo el país.