Príamo
Reinaba en la ciudad de Troya cuando ésta fue atacada y destruida por los griegos acaudillados por Agamenón. En los poemas homéricos se nos presenta como un anciano bondadoso, padre de múltiples hijos. Hace gala de una gran humanidad cuando se entrevista con el joven Aquiles, a quién acude para suplicarle el cadáver de su hijo Héctor, olvidando su rango y prestigio soberano. No sobrevivió a la caída de su querida ciudad.