Sirvientes de un cañón
Para simplificar las órdenes, a los sirvientes se les numeraba. Eran seis. El capitán cebaba, apuntaba y disparaba el cañón. El primero embicaba y elevaba la caña del cañón; el segundo lo cargaba; el tercero mojaba las pavesas antes de recargar; el cuarto ronzaba (movía) el cañón y pasaba munición; el quinto era el encargado de suministrar la pólvora.