Interpretación de los sueños

: “La interpretación de los sueños es la distinción entre los dos modos diferentes del funcionamiento psíquico, el proceso primario y el proceso secundario”.(Freud, 1900, p. 8). La interpretación de los sueños implica el proceso de decodificación del contenido del sueño manifiesto para así lograr descubrir el significado real de lo que se encuentra oculto o reprimido dentro del sueño latente. “En La interpretación de los sueños Freud analiza detenidamente el trabajo del sueño y el trabajo de interpretación para encontrar una fórmula sorprendente que expresa la esencia del sueño: El sueño es el cumplimiento (disfrazado) de un deseo sofocado, reprimido” (Sierra, 2009, p.102)

Para extender esta definición, es importante mencionar la manera en que Freud (1976, pp. 122-123) trataba al sueño como un síntoma, y para aplicar el método de la interpretación de sueños se requería una preparación psíquica del paciente, pues se debían conseguir de él, por un lado, que se intensifique su atención para sus percepciones psíquicas y por otro, que se suspenda la crítica con que se acostumbra censurar los pensamientos que le afloran. Pues el éxito del psicoanálisis dependerá de que el paciente comunique todo cuanto le pase por la cabeza, y no sofoque ninguna ocurrencia con respecto al sueño, logrando que el paciente se observe a sí mismo, se despoje de toda crítica y reflexión. Freud para la interpretación de los sueños no tomaba como objeto de atención todo el sueño, sino que lo fragmentaba y cada trozo presentaba una serie de ocurrencias (1976, p. 125).

Un dato bastante interesante es que Freud al publicar "La interpretación de los sueños" en 1900 prosigue en 1916 con una serie de conferencias para introducir el Psicoanálisis, en una de las primeras conferencias "Premisas y técnica de la interpretación" Freud supone al sueño como un fenómeno psíquico y anímico, no somático. Los sueños son una operación y manifestación del soñante y además, llega a la conclusión de que en el soñante está presente un saber acerca de su sueño, sólo que no le es accesible, por lo que cree no tenerlo, es decir, es inconsciente (Cruz, Herrera y Valencia, 2010, p.3). Se puede ver como Freud conforme va desarrollando esta serie de conferencias va cada vez profundizando más en el tema del sueño.

Es importante señalar el papel que tienen los sueños dentro del trabajo analítico por parte del psicoanálisis, ya que por medio de la interpretación se puede llegar a comprender aquellos deseos incompatibles con la vida consciente que por esto se encontraran reprimidos en el inconsciente y se manifestaran dentro del sueño como tal. El psicoanálisis ha devuelto a los sueños la significación de que en la antigüedad gozaron, pero procede con ellos de otro modo. No se confía al ingenio del onirocrítico, sino que transfiere la labor en su mayor parte del sujeto mismo del sueño, interrogándole sobre sus asociaciones a los distintos elementos del sueño. Persiguiendo estas asociaciones se llega al conocimiento de ideas que corresponden por completo al sueño, pero que se dejan reconocer -hasta cierto punto- como fragmentos plenamente comprensibles de la actividad psíquica despierta. De este modo, al sueño recordado como contenido onírico manifiesto se enfrentan las ideas oníricas latentes, descubiertas por medio de la interpretación. El proceso que ha transformado estas últimas en el primero, o sea, en el «sueño», puede ser calificado de elaboración del sueño. (Librodot, 1923, pp. 5-6)

Es así que muchas veces esta interpretación ha permitido tener una clara visión de lo que ocurre dentrjavascript:;o del paciente ya que plasma aquellas fantasías o deseos muchas veces reprimidos que pueden provocar malestar.

Freud plantea la conclusión teórica de que el sueño es la expresión de las operaciones y contenidos mas primitivos de la mente humana, dichas operaciones y contenidos son llamados "procesos primitivos"; los mismos que complacen los deseos y alivian la tensión formando un impulso hacia el objeto deseado, con esto se puede afirmar que el sueño es el cumplimiento de un deseo reprimido. (Flachier, 1990, p.21)