Glosario Psicología / Término
El término agresividad hace referencia a un conjunto de patrones de actividad que pueden manifestarse con intensidad variable, incluyendo desde la pelea física hasta los gestos o expresiones verbales que aparecen en el curso de cualquier negociación.
Estado emocional que consiste en sentimientos de odio y deseos de dañar a otra persona, animal u objeto. La agresión es cualquier forma de conducta que pretende herir física y/o psicológicamente a alguien.
Para Winnicott (Nelken, 2001) la agresión es un hecho positivo que hace sentirse al niño, vivo, sobre todo cuando la organiza y canaliza bien. La agresión no es lo mismo que la destructividad. No liga la agresión con el instinto de muerte, sino que tiene que ver con el erotismo muscular, con la necesidad de descargar. La agresividad y sus derivados tienen que ver con el fallo en la provisión ambiental en las distintas etapas (dependencia absoluta y dependencia relativa).
Según Winnicott (1965) cuando se produce un fallo en la provisión ambiental en la etapa de dependencia relativa, el bebé experimentará la ""desposesión"", cuyas manifestaciones serán conductas agresivas, actos destructivos, robo, compulsión a la crueldad, ciertas perversiones sádicas, que engloban la tendencia antisocial, como intento por recuperar el momento previo a la desposesión, cuando el ambiente era sostenedor y confiable.
Ellen Wachtel, sostiene que ""al observar con detenimiento el entorno y la historia familiares de los niños que manifiestan sentimientos de ira extremos, por lo común se comprueba que han tenido que soportar reales frustraciones y privaciones intensas, aunque también la gratificación excesiva es fuente de ira y sentimientos de privación, aunque esto parezca paradójico, debido a que el niño no tuvo que aprender a superar la frustración ya que los padres han prestado tanta atención a las necesidades y deseos de su hijo que éste responde ante cualquier cambio en la familia con ira extrema" (Wachtel, 1994:86).
La experiencia clínica demuestra que los chicos pueden desarrollar expectativas quiméricas sobre la cantidad de atención y acomodación a las necesidades que ""deben"" recibir, por lo que les resulta difícil adaptarse a situaciones interpersonales más exigentes, creándose un círculo vicioso de ira y culpa instaurándose en sentimiento de ""mala semilla"". Willock también describe su trabajo con niños sumamente agresivos, y señala, que ""amenazas o desaires leves o imaginarios son tomados por peligros reales y graves. Al sentirse tan vulnerable, el niño cree necesario mantenerse siempre listo para apelar a operaciones de seguridad primitivas y agresivas, y defenderse así de tales ataques"" (Wachtel, 1994:33). Algunos se entregan a conductas impulsivas y peligrosas con la esperanza inconsciente de que, al ver que corren peligro sus padres se preocuparán por su bienestar. Willock, describe lo que él denominó """Self desatendido y despreciado"", estos chicos abrigan el temor de no ser sólo insignificantes y despreciables para el mundo, sino ser absolutamente repulsivos.
Nelken, A. (2001). El pensamiento de Donald Winnicott en la WEB. Disponible en WEB: http://www.edupsi.com/winnicott
Wachtel, E. (1994). La Clínica del Niño con Problemas y su Familia. Buenos Aires. Amorrortu.
Winnicott, D. (1965). Los procesos de Maduración y el Ambiente Facilitador.
Estado emocional que consiste en sentimientos de odio y deseos de dañar a otra persona, animal u objeto. La agresión es cualquier forma de conducta que pretende herir física y/o psicológicamente a alguien.
Se presenta generalmente en forma directa ya sea en forma de acto violento físico (patadas, empujones,...) como verbal (insultos, palabrotas,...); pero también podemos encontrar agresividad indirecta o desplazada, según la cual el niño arremete contra los objetos de la persona que ha sido el origen del conflicto, o agresividad contenida según la cual el niño gesticula, grita o produce expresiones faciales de frustración.
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