Glosario Psicología / Término
Para Winnicott, la preocupación se refiere al hecho de que el individuo cuida o le importa el otro, siente y acepta la responsabilidad de cuidarlo y preocuparse por él. Es la base de la familia, porque la pareja asume la responsabilidad de tener un hijo y cuidarlo.
La preocupación por el otro es un aspecto importante de la vida social, y tiene más que ver con la idea de responsabilidad que con la idea de culpa, o sea con el sentido positivo de preocupación, que con el sentido negativo.
El origen de la capacidad de preocuparse suele describirse en términos de la relación madre - bebé, cuando éste percibe a la madre como una persona completa. Su desarrollo depende de que la madre sea lo suficientemente buena, o sea que la madre desarrolle una preocupación por el niño, tanto en lo referente al cuidado corporal como al atender a sus procesos de crecimiento interior.
Al mismo tiempo el niño ha adquirido la capacidad de combinar sus impulsos eróticos y agresivos hacia la madre: es decir, la concibe como un objeto total, bueno y malo al mismo tiempo. Este adelanto implica un yo que empieza a independizarse de la madre como yo auxiliar. Ya puede decirse que el bebé tiene un interior y, por tanto, un exterior.
Winnicott señala aquí que el bebé inmaduro tiene dos madres: la madre objeto y la madre ambiente. En el primer caso es la madre vista como un objeto parcial que puede satisfacer las necesidades urgentes del bebé, mientras que la madre ambiente es la madre vista como persona total que lo resguarda de lo imprevisible y le suministra un cuidado activo, en cuanto a manipulación y manejo general del niño.
El niño usa de diferente manera a su madre objeto y a su madre ambiental. Esta última recibe afecto, mientras que la madre objeto es simplemente una cosa que satisface sus instintos. La relación con la madre ambiental es más tranquila, e indispensable para su crecimiento emocional. La madre objeto sirve para satisfacer sus instintos: las mociones del ello quieren apoderarse de ella y destruírla. Aparece un sentimiento de ambivalencia y de angustia porque siente que si ataca a la madre objeto perderá a la madre ambiental que lo cuida.
Llega así un momento en que el niño adquiere la capacidad de preocuparse por la madre ambiental, de cuidarla para no destruírla con su voracidad instintiva. El bebé debe adquirir así la capacidad de preocuparse, de asumir la responsabilidad por sus impulsos instintivos. Este proceso suministra uno de los elementos constructivos fundamentales del juego y el trabajo.
Si la madre objeto no sobrevive, o si la madre ambiental no suministra al niño una oportunidad de reparación confiable, el bebé perderá la capacidad de preocuparse y la reemplazará por angustias y defensas más primitivas, tales como la escisión y la desintegración.
Cazau P (1996), Vocabulario de Psicología. Redpsicología www.galeon.com/pcazau
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