Las pruebas autodescriptivas son especialmente susceptibles a la posibilidad de una descripción falsa. Para la mayor parte de los ítems de un test de este tipo hay respuestas que pueden reconocerse como socialmente más aceptables o deseables que otras. Esta tendencia a elegir respuestas socialmente deseables en los inventarios de personalidad se conoce con el nombre de “deseabilidad social”. Edwards (1957) fue el primero en investigar esta variable y la explicó como un efecto de apariencia donde se tiende a falsear para causar una buena impresión. Este falseamiento puede ser consciente o no. Paulhus y Reid (1991) han subrayado esta diferencia distinguiendo entre las nociones de “manejo de impresiones” y de “autoengaño”.
Sesgo de respuesta que consiste en la tendencia a responder al ítem de una manera socialmente aceptable y no en función de lo que uno sienta, opine o piense.