Apertura a la persona
Es una característica constitutiva de la persona como principio de acción. Esa apertura de la persona se realiza en tres niveles: nivel objetivo o capacidad de apertura de la persona a las cosas que la rodean; nivel social o apertura a otras personas del medio circundante con las que ha de convivir, y nivel trascendental o posibilidad de transcender la realidad física y social circundante para dar respuesta al sentido último de la existencia.