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Pralaya

(Sánscrito) Es un período de obscuración o reposo (planetario, cósmico o universal); lo opuesto al Manvantara. (Doctrina Secreta, I, 397). –[Pralaya es el período de disolución, sueño o reposo relativo o total del universo que sobreviene al fin de un Día, de una Edad o de una Vida de Brahmâ. Pero este término no se aplica únicamente a cada “Noche de Brahmâ”, o sea a la disolución del mundo que sigue a cada Manvantara ; aplícase igualmente a cada “Obscuración” y a cada cataclismo que pone fin, por medio del fuego o por medio del agua, alternativamente, a cada Raza-madre. Hay muchas clases de Pralaya, pero los principales son: 1) el Naimittika, “ocasional” o “incidental”, causado por los intervalos de los “Días de Brahmâ”, durante los cuales Brahmâ (que es el Universo mismo) duerme su Noche. Este Pralaya es la destrucción de las criaturas, de todo cuanto tiene vida y forma, pero no de la substancia, que permanece en una condición estacionaria hasta que aparece la nueva aurora al terminar la Noche. 2) el Prâkritika o “elemental”, que ocurre al fin de la Edad o Vida de Brahmâ, cuando todo lo existente se resuelve en el Elemento primordial, para ser modelado de nuevo al terminar aquella Noche más larga. En esta clase de Pralaya, el retorno de este universo a su naturaleza original es parcial y físico. 3) el Âtyantika, definitivo o absoluto, el cual no concierne a los mundos o al universo, sino únicamente a algunas Individualidades, siendo, por lo tanto, el Pralaya individual, o Nirvâna, después de haber alcanzado el cual no es posible ninguna otra existencia futura o ningun renacimiento hasta después del Mahâ-Pralaya. El Pralaya individual es la identificación de lo Encarnado con lo Incorpóreo, o sea el Espíritu supremo, y es un estado mahâtmico, ya temporal o ya hasta llegar al siguiente Mahâ-kalpa. En el Bhâgavata-Purâna se habla de una cuarta clase de Pralaya, el Nitya o perpetuo, o sea la disolución contínua, que es el cambio que se opera de un modo imperceptible e incesante en todo lo que hay en el universo, desde el globo hasta el átomo. Es progreso y decadencia, vida y muerte. (Doctr. Secr., I, 397-398; II, 72, 323). –El ocultismo admite también varias clases de Pralaya: hay el Pralaya individual de cada globo, al pasar la humanidad y la vida al próximo, habiendo siete Pralayas menores en cada Ronda; el Pralaya planetario, cuando ha llegado a su fin todo el sistema, y por último, el Pralaya universal (Mahâ o Brahmâ-Pralaya), al término de la Edad de Brahmâ. Estos son los Pralayas principales, pero hay otros muchos Pralayas menores. (I, 195). –El Mahâ-Pralaya, Pralaya universal o final, es la muerte del Kosmos, la reabsorción del universo. En él todas las cosas se resuelven en su original Elemento único; los mismos dioses (Brahmâ, etc.) mueren y desaparecen durante aquella dilatadísima Noche. El Prakriti y el Purucha (Naturaleza y Espíritu) se resuelven sin cualidades o atributos en el Espíritu supremo, que es el Todo. El Espíritu permanece en el Nirvâna, o sea Aquello para lo cual no hay Día ni Noche. Este Gran Pralaya ocurre al fin de cada Edad de Brahmâ. Todos los demás Pralayas son menores, parciales, periódicos y siguen a los Manvantaras, o Días de Brahmâ, en sucesión regular, como sigue la noche al día de cada ser terrestre. (I, 603). Así es que después de cada Día de Brahmâ viene un Pralaya parcial, cuya duración es la misma que la del Manvantara, o en otros términos: la duración de la Noche es igual que la del Día de Brahmâ. En todos estos Pralayas menores, los mundos permanecen en una condición estacionaria (I, 46), se hallan en un estado latente de inacción o pasividad, como dormidos, durante todo este período, para despertar de nuevo al llegar la aurora del nuevo Día. Durante la dilatada Noche de descanso o sueño del universo llamado Pralaya universal, cuando todas las Existencias están disueltas, la Mente universal permanece como una posibilidad de acción mental, o como aquel abstracto Pensamiento absoluto, del cual la mente es la concreta manifestación relativa (I, 70). Toda ideación cósmica cesa entonces, porque no existe nadie ni nada para percibir sus efectos (I, 350); Brahmâ, la Deidad misma, se halla en estado latente, a modo de sueño. Los variadísimos estados en que se halla diferenciada la substancia cósmica se resuelve en el estado primordial de abstracta objetividad potencial. Nuestro Kosmos y la Naturaleza entera se extinguen sólo para reaparecer en un plano más perfecto después de este larguísimo período de reposo. Los innumerables globos desintegrados son de nuevo construídos del antiguo material, y reaparecen transformados y perfeccionados para una nueva fase de vida. Segun el Ocultismo, los Pralayas cíclicos no son más que “Obscuraciones”, durante las cuales la Naturaleza, esto es, todas las cosas visibles e invisibles de un planeta en reposo permanecen estacionarias. (Véase: Obscuración). –Véase también: Mahâ-Pralaya, Manvantara, Noche de Brahmâ, Nitya-Pralaya, Nirvâna, Paranirvâna, etc.]

Enlace permanente: Pralaya - Fecha de creación: 2012-09-09


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