Glosario Teosofía / Término
Todo el mundo sabe el dogma cristiano de los “tres en uno” y “uno en tres”; inútil es, por lo tanto, repetir lo que puede encontrarse en cada catecismo. Atanasio, el Padre de la Iglesia que definió la Trinidad como dogma, poca necesidad tuvo de buscar inspiración o de torturar su propio cerebro; no tuvo más que dirigirse a una de las innúmeras trinidades de los credos paganos, o a los sacerdotes egipcios, en cuyo país había vivido toda su vida. Modificó ligeramente una sola de las tres “personas”. Todas las tríadas de los gentiles estaban compuestas del Padre, de la Madre y del Hijo. Transformando la tríada en “Padre, Hijo y Espíritu Santo”, cambió el dogma sólo exteriormente, puesto que el “Espíritu Santo” ha sido siempre femenino y, segun todos los Evangelios gnósticos, Jesús se dirige al Espíritu Santo como “madre” suya. [Todas las Trinidades, en las religiones antiguas, tienen una DIOSA, inseparable de las mismas. El dogma de la Inmaculada Con cepción no es exclusivo de la Iglesia católico-romana; es universal, pues la vemos en todas las antiguas teogonías. Unicamente cuando los estudios de Mitología comparada y los lingüistas han puesto en descubierto el concepto arcaico de la pura materia primitiva en la que comienza la evolución, gracias a la acción del Espíritu, de la que resulta el Universo manifestado (el hijo de la madre virgen), únicamente entonces ha sido cuando la Iglesia católico-romana ha convertido en dogma la concepción inmaculada de María para no encontrarse en descubierto, o sea sin diosa, como los demás sistemas. Sólo existe una Virgen y ésta no es ninguna mujer, es la pura abstracción de la Naturaleza, el NOUMENO, la potencialidad, el prototipo ideal inmanifestado, que duerme en el seno de lo ABSOLUTO, y al cual el rayo del mismo que inicia la evolución, lanza en el plano de la existencia manifestada, en donde se convierte en fenómenos, acciones y reflejos. (F. de Montoliu, Estudios teosóficos, Serie 1ra, No. 7). –Encontramos en el Nirukta de Yâska que los más antiguos autores védicos no admitían más que tres dioses: Savitri, Agni y Vâyu, y que todas las demás divinidades eran formas y nombres diversos de alguno de los tres, a los cuales se daban estos nombres segun la diversidad de los fenómenos naturales y de las funciones divinas. El nombre Savitri significa Productor o Padre, y por estar su sitio en el cielo, se le da en el Veda el nombre de Padre celeste. Materialmente es el Sol, pero éste no es considerado sino como el carro o rueda de Savitri. Agni es el fuego; el mito del fuego ocupa un lugar importante en casi todas las religiones. El Agni de los himnos es el fuego en todas las acepciones directas o figuradas de esta palabra; su lugar está en la tierra, en el hogar doméstico, en el altar; es la vida y el pensamiento en cada uno de los seres que viven y piensan. Su nacimiento es místico, porque en cierto modo tiene un padre terrestre llamado Tvachtri, esto es carpintero ; por otra parte, bajado del cielo de una manera misteriosa, es concebido en el seno materno por obra de Vayu, que es el Espíritu. Vâyu, en el sentido material, es el viento, es decir, el aire en movimiento, sin el cual no puede el fuego encenderse ni alumbrar; en el sentido metafísico es el espíritu de vida y el autor de la inmortalidad para los vivos. Tal es la primera forma bajo la cual aparece en la historia el dogma de la Trinidad: el Sol, el Fuego y el Viento. (E. Burnouf, La Science des Religions, 3ra. Edic., págs. 218, 219). –Véase: Tríada, Trikâya, Trimûrti.]
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