Conjunto de rentas medievales. Entre otras lo componían:
- Censos de inmuebles que eran propiedad de la Corona que estaban dedicados a actividades mercantiles y artesanas: aceñas, hornos, baños, alcaicerías (barrios de comercio), alhóndigas, almacenes, tiendas, alfolíes (almacenes donde se vendía sal), carnicerías, ollerías, almonas (fábricas de jabón), calderas para teñir paños, etc.
- Censos por usos y medidas.
- Censos sobre fincas que estaban próximas a las ciudades (por este motivo eran conocidas como “Huerta del Rey”.
- Cobro de los derechos de inspección de los artesanos (recibían el nombre de almotacía y alaminazgo).
- Diezmo de diversos productos: esparto, vidrio, cal, tejas y ladrillos, instrumentos de albañilería, grana (tinte rojo), higos y aceite.
- Aranceles aduaneros (10 por 100 de las importaciones).
La recaudación de estos impuestos era controlada por el almojarife mayor, casi siempre judío.
El almojarifazo comenzó a cobrarse en el siglo XIII y estuvo vigente hasta el año 1845.