Ordenes militares

Eran agrupaciones de caballeros de carácter religioso-militar nacidas en principio para la defensa y protección de los Santos Lugares y la ayuda a los peregrinos, su origen está en las Cruzadas. El modelo de vida de los caballeros pertenecientes a las Ordenes Militares es a la vez religioso y militar. Religioso en cuanto su forma de vida es monacal (con votos de castidad, pobreza y obediencia), organizando su vida de acuerdo con una regla religiosa, generalmente la benedictina, y depender directamente del Papa y militar en cuanto que no se duda en acudir a las armas en defensa del Cristianismo. Las más importantes fueron: la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén y la Orden del Temple. Llegaron a tener un gran poder político y económico.

En España, dado que el cristianismo luchaba contra la religión mahometana, no tardaron en crearse Ordenes Militares. Estas organizaciones a imitación de las anteriores eran mitad religiosas y mitad guerreras. Necesitaban la autorización del Papa para constituirse, como órdenes religiosas que eran, pero además las de los Reyes. Estaban dirigidas por un Maestre.

Las principales Órdenes Militares españolas fueron cuatro: Santiago (fundada en 1161), Calatrava, Alcántara y Montesa. Las Ordenes Militares españolas, asumieron la defensa de las tierras reconquistadas desde el río Tajo hasta el Guadiana y la Serranía de Cuenca. Los reyes les otorgaron el dominio de grandes señoríos o maestrazgos (recibían este nombre porque el señorío estaba gobernado por el Maestre de la Orden) que iban siendo repoblados por colonos y otras gentes dependientes de las Órdenes.

Con el final de la Reconquista las Órdenes perdieron gran parte de su importancia política y militar. Los reyes fueron incorporando los maestrazgos a la Corona.

Los bienes que les quedaban a las Ordenes Militares quedaron sujetos a desamortización en la ley de 1 de mayo de 1855 y 11 de julio de 1856.