En los comienzos del capitalismo, ante la gran diversidad de monedas, los cambistas podían evaluar el valor intrínseco de una moneda mediante la consideración objetiva de tres elementos: la talla, la ley y la cotización.
- La talla era la operación por la cual los talleres monetarios (cecas) acuñaban moneda real. Los señores y el rey obtenían un beneficio substancial, que resultaba de la diferencia entre el precio al que se procuraban el metal y el precio al cual lo emitían (derecho de "señoría").
- La ley es la proporción de metal precioso que entra en una aleación.
- La cotización es la equivalencia entre la moneda de cuenta (valor admitido como unidad en las cuentas de los usuarios, pero no representada por piezas metálicas en circulación)) y moneda de pago (pieza metálica efectivamente en circulación).