Glosario Tradición religiosa / Término
Palabra griega que significa «interior», «escondido», «secreto». Una enseñanza esotérica no es una enseñanza destinada a todos, sino reservada a un pequeño número y hace referencia a la vivencia intima, interior por oposición a las formas exteriores que, por otra parte, son necesarias y la complementan. En el contexto tradicional la palabra esotérico equivale a metafísico. No tiene por lo tanto este término el significado que se le da actualmente relacionado con la Magia, la Parapsicología o la Nueva Era, asuntos estos que, además de ser totalmente antiespirituales, no deberían en propiedad llevar el nombre de esoterismo sino de ocultismo.
Una vez más esta palabra no designa el uso actual que se hace de ella (el mal uso diríamos mejor). Esotérico equivale a espiritual, y es el aspecto interno, metafísico y no formal de una tradición religiosa, complementándose con Exotérico que sería el conjunto de prácticas y formas externas. Aclarado esto no se pueden llamar esotéricas a las prácticas adivinatorias, parapsicológicas etc. a las que más propiamente se les debería designar como Magia u Ocultismo, pero nunca Esoterismo, y desde luego no se puede pretender que tales practicas sean de carácter Espiritual, siendo esta confusión entre lo parapsiquico y lo espiritual uno de los mayores errores y una de las mayores aberraciones de la confusa pseudo-espiritualidad contemporánea, especialmente dentro del los movimientos de la llamada "Nueva Era".
«El esoterismo es esencialmente distinto de la religión, y no la parte "interior" de una religión como tal, incluso si toma su base y su punto de apoyo en ésta, como ocurre en ciertas formas tradicionales»(René Guénon, Puntos de vista sobre la Iniciación).
«Es posible que en la Edad Media occidental, hubiera complementos a lo que era enseñado exteriormente, y que esos complementos para exclusivo uso de medios muy cerrados, nunca hubieran sido formulados en ningún texto escrito, de modo que, a este respecto, no quepa encontrar sino alusiones simbólicas, por lo demás bastante claras para quien sabe de qué se trata, pero perfectamente ininteligibles para el resto. Conocemos bien que actualmente hay, en muchos medios religiosos, una tendencia muy clara a negar todo "esoterismo". (René Guénon, Oriente y Occidente)
«El esoterismo, con sus tres dimensiones de discernimiento metafísico, concentración mística y conformidad moral, implica en última instancia las únicas cosas que el Cielo exige de forma absoluta, pues todas las demás exigencias son relativas y por tanto más o menos condicionales. La prueba de ello es que un hombre al que ya no le quedasen más que unos instantes de vida ya no podría hacer otra cosa que, primero: mirar hacia Dios con la inteligencia; segundo: llamar a Dios con la voluntad; y tercero: amar a Dios con toda el alma, y realizar, amándolo, toda virtud posible» (F. Schuon, Aproximaciones al Fenómeno Religioso)
«Lo que es verdaderamente esotérico es "secreto", por la única y simple razón de que el lenguaje no puede expresarlo, o porque cualquier cosa esotérica que pueda expresarse de algún modo es simplemente ininteligible para los que no están preparados para recibirla.(...) La mentalidad estrictamente religiosa (exotérica) sospecha necesariamente de las «pretensiones» metafísicas, porque parecen sugerir la existencia de un círculo exclusivo de «elegidos» esotéricos, más allá de la vida y de la disciplina normal de la Iglesia en cuestión. Los que a sí mismos se llaman "illuminati" han existido con bastante frecuencia dentro de la Iglesia y se han caracterizado sobre todo por su arrogante orgullo espiritual. Acaso el signo más notorio de ese orgullo sea la misma pretensión de estar libres de él. Pero la esencia de la comprensión metafísica es la de serle absolutamente extraña toda idea de pretender algo. Sencillamente, no se puede decir «yo he comprendido la Suprema Identidad» sin expresar una completa contradicción pues es el Si-mismo y no el ego quien comprende, y el Si no es propiedad de nadie. Debe repetirse de nuevo que mientras el ego existe de alguna manera, debe adorar. La razón, el sentimiento y la sensibilidad deben relacionarse siempre con el Si como con Dios, venerándolo como al algo diferente e infinitamente superior. Jesús, Dios encarnado, iba en soledad al templo a rendir culto, y no simplemente para dar un buen ejemplo a sus discípulos. Hasta los budistas a quienes se supone - erróneamente por otra parte - «impíos» tienen su culto, que de ningún modo se limita a las masas no iniciadas y exotéricas. La persona para quien la Suprema Identidad excluye el culto como algo innecesario e ilógico es un mero monista, pues la No-dualidad, el infinito, el Si-mismo, es lo que es precisamente porque puede aceptar e incluir la dualidad. » (Alan W. Watts, La Suprema Identidad)
Ver el documento «Esoterismo y exoterismo» de René Guénon.
Enlace permanente: Esotérico - Fecha de creación: 2014-12-25