Glosario Tradición religiosa / Término
Término de origen griego por el que es preciso entender el conocimiento interior y salvador de Dios, diferenciándose de gnosticismo. Termino empleado por primera vez por San Pablo quién es también el primer denunciante del gnosticismo, es decir, de la «pseudognosis» (I Tim 6,20). No es San Pablo la única autoridad, aun siendo la mayor, a la que podemos invocar; San Ireneo de Lyon, en Adversus haereses, no denuncia la gnosis, sino, tal como lo expresa el título original de su obra, título que ha sido conservado por Eusebio de Cesarea, San Juan Damasceno y otros, «la gnosis de falso nombre» (Elenkos kai anatropè tès pseudonymou gnôseôs). También Clemente de Alejandría, por su parte, si bien combate el gnosticismo, se propone enseñarnos la «gnosis verdadera», la que viene de Cristo por la tradición apostólica, y que el estudio de la Escritura y la vida sacramental actualizan en nosotros. Asimismo, el gran Orígenes nos habla de esa «gnosis de Dios» que pocos hombres poseen y por la cual Moisés penetro en la tiniebla divina (Contra Celsum, VI, 17). Son estas razones históricas suficientes para hablar de una gnosis cristiana.
«La "gnosis" de la compresión metafísica no es la "gnosis" orgullosa que en sus primeros siglos rechazó justamente la Iglesia. Desde entonces la Iglesia latina en particular ha sido hostil a todo gnosticismo, y según la posición tomista todo conocimiento humano es conocimiento analógico de los sentidos. No se puede objetar esta posición si la definición del ser humano se limita al ego, pero como el tomismo confunde el ego (el alma) con el Yo (el espíritu), el alma con el espíritu, equivale en la práctica a un rechazo de la gnosis. Esto da vierta verdad a la observación de Berdiaef de que "la teología oficial ha preferido el positivismo científico y una teoría mecanicista de la naturaleza a cualquier forma de gnosis cosmológica. Es mejor un mundo sin Dios que uno considerado divino... en nuestro días la mentalidad de la Iglesia está perdiendo cada vez más su naturaleza cósmica. Se empieza a considerar a la Iglesia como una comunidad de creyentes, como una institución; se interpretan los dogmas desde el punto de vista de la moral y se acentúa el aspecto sicológico de los sacramentos a expensas de su significación cósmica"(Freedom and the Sprit). En otras palabras, si falta la gnosis la Iglesia pierde la comprensión de que constituye una analogía de los principios universales. La cosmología es el reconocimiento de que el universo como cosmos, orden de involución y evolución, es la expresión finita del "logos", de la voluntad creadora del infinito, y que por consiguiente su orden básico corresponde analógicamente al orden de la religión.
Absorbida por el historicismo y el moralismo, la religión, lo mismo que la ciencia y la filosofía modernas, rechaza el conocimiento y la certeza metafísicos. En tales circunstancias, todos los intentos de rectificar el orden social, de "aplicar" la religión a los problemas políticos y económicos del mundo, no serán a la larga más que inútiles gastos de energía. No solamente el orden social es incomprensible separado del orden cosmológico, sino que sin el conocimiento metafísico la religión es una rueda que gira sólo por inercia y que ahora marcha con una lentitud peligrosa. Para cumplir la aspiración de traer la cordura al mundo, la religión debe ordenarse no sólo con respecto a lo que está por debajo, sino también con respecto a lo que está por encima de ella. La rueda debe ser conectada con la fuente de poder. (Alan W. Watts, La Suprema Identidad)
«El verdadero carácter del esoterismo cristiano es difícil de determinar. Se podría decir que una de sus características principales es la de haber sabido velarse de tal modo que, históricamente, no suele distinguirse su existencia organizada, contrariamente a lo que ocurre, por ejemplo, con el Sufismo en el Islam. De hecho en el seno de la Iglesia, al menos actualmente, ni se acepta el término esoterismo (confundido con ocultismo) ni mucho menos el de gnosis (asociado a las numerosas sectas gnósticas que surgieron en los primeros tiempos del cristianismo, es decir al gnosticismo). El menos esto último sorprende, dada la profusa utilización del término, por ejemplo en las cartas de San Pablo que lo distingue de la Fe, considerada como paso previo necesario, pero no suficiente, para alcanzar la completa realización cristiana. No obstante, sí que existen alusiones en algunos Padres de la Iglesia a una tradición secreta, no destinada a todos, y de origen apostólico (es decir no herética). Baste tan solo mencionar a Orígenes (s.III) que en su obra "Contra Celso" dice: «la crucifixión, la resurrección y la encarnación son bien conocidas, pero lo que es una particularidad del Cristianismo es que existen algunas doctrinas ocultas para la multitud, que se revelan después de que son concedidas las enseñanzas exotéricas» (Letra y Espíritu, nº 4)
Enlace permanente: Gnosis - Fecha de creación: 2014-12-25