Glosario Tradición religiosa / Término
«Los creyentes en esa fantasía moderna llamada "progreso" suponen que la "edad dorada" está situada en el provenir y no, como lo expresan todas las tradiciones, en el pasado, pero un pasado en el que domina lo intemporal, antes de la "caída" en la exterioridad. La superstición del "progreso" es una ilusión peligrosa en todos los aspectos porque significa ceguera espiritual, falta de visión para la realidad inmediata y el tiempo presente, y un desconocimiento del proceso epocal, con las consecuencias a la vista» (V. A. Biolcati, La Edad Crepuscular).
«Refiere Guénon el caso de un hindú, el cual tenía verdadero conocimiento del Occidente moderno; al preguntársele la opinión que merecía la ciencia occidental a los orientales que habían tenido acceso a ella, manifestó lo siguiente: "se trata de un saber ignorante". Manifiesta también que en el Oriente en general no se experimenta ninguna dificultad para penetrar los saberes especializados del Occidente, por estar acostumbrado el primero a especulaciones mucho más profundas. Por todas estas razones, a los orientales les resulta ridícula la noción moderna de "progreso" existente en Occidente, ya que además de carecer ella de sentido lógico como anteriormente dijimos, este supuesto progreso lleva a una necesidad compulsiva de movimiento, renovación y cambio en todas las dimensiones de la realidad sensible, movimiento sin finalidad alguna si no es la ilusoria que domina el mundo material. Esta agitación incesante y maníaca constituye para el mundo oriental una muestra típica del deterioro progresivo en los niveles superiores del ser humano (...) el "progreso" material se produce invariablemente a expensas del intelecto» (V. A. Biolcati, La Edad Crepuscular)
Tanto el nombre de civilización como el de progreso a él vinculado, en el sentido que le damos a ambos actualmente, son el producto de ideas y tendencias recientes y fueron inventados hace dos siglos, precisamente en la segunda mitad del siglo XVIII. La concepción de progreso indefinido aparece en a segunda mitad del siglo XVIII, e hizo convencer a la especie humana que había entrado en una nueva era. Los términos civilización y progreso como muchos otros parecidos y en boga en la actualidad, tomándolos en su significado absoluto no corresponden a ninguna realidad, carecen de sentido y pueden únicamente tener una razón instrumental de fuerte efecto «en ciertas frases vacías y declamatorias, muy apropiadas para impresionar a la multitud y en las cuales la palabra sirve menos para expresar el pensamiento que para suplir su ausencia» (R. Guénon, Oriente y Occidente)
Esta fantasía de progreso, y especialmente de progreso indefinido, es una de las grandes supersticiones de la época actual y obedece a un optimismo creado ex profeso. Nadie puede negar la existencia del progreso material en Occidente, pero el error consiste en tomar esa palabra progreso en sentido absoluto y no relativo. En el primer caso, este supuesto progreso es en realidad decadencia, por haberse alejado el hombre de su centro originario. En el segundo obedece a la ilusión del mundo fenoménico. Tal evidencia hizo decir con mucho tino a representantes de civilizaciones tradicionales, que lo que los occidentales llaman su "civilización", es en rigor de verdad, lisa y llanamente, barbarie, al faltarle a esa supuesta civilización lo único esencial: el conocimiento intelectual superior, sin el cual todo lo demás es un mero vagar en las sombras.
«La tesis del progreso indefinido, por lo demás, topa con la contradicción siguiente: si el hombre ha podido vivir durante milenios bajo el dominio de errores y necedades - suponiendo que las tradiciones no sean sino eso, y entonces el error y la necedad serían casi inconmensurables - , la inmensidad del engaño sería incompatible con la inteligencia que se atribuye al hombre como tal y que obligadamente se le ha de atribuir; dicho de otro modo, si el hombre es lo bastante inteligente para llegar al "progreso" que nuestra época encarna -suponiendo que sea una realidad - , a priori es demasiado inteligente para haberse dejado engañar, durante milenios, por errores tan ridículos como los que el progresismo le atribuye; pero si, por el contrario, el hombre es lo bastante tonto para haber creído en ellos durante tanto tiempo, también es demasiado tonto para salir de ellos» (F. Schuon, Castas y Razas)
«Se hace cada vez más evidente que la supuesta superioridad de la sociedad occidental "progresista" sobre las sociedades "estancadas" de Oriente es bastante dudosa. Nuestro progreso ha sido casi exclusivamente técnico, lo que significa que podemos manejar el mundo físico con más sensacionalismo para ganar velocidad, espacio y posibilidades de la existencia material, sin tener ninguna idea clara de lo que hemos de hacer con el tiempo que ganamos y las capacidades que adquirimos. Tenemos que poner en duda el que hayamos producido una persona más espiritual que Cristo, o más sabia, en el sentido cualitativo, que Platón o santo Tomás. Hemos multiplicado los libros y extendido las informaciones en una medida inigualada en la historia; pero la mera información, el mero conocimiento de hechos, es infinitamente divisible y puede aumentarse por análisis sin que haya ningún aumento importante en calidad ni en extensión real» (Alan W. Watts, La Suprema Identidad)
Enlace permanente: Progreso - Fecha de creación: 2014-12-25