Glosario Creatividad / Término
Sigmund Freud identificó un estado que se caracteriza por ser uno con el todo, al que llamó sentimiento oceánico o sensación oceánica. Lo definió como una sensación de eternidad, como algo sin límites ni barreras, un sentimiento de inmensidad y completitud. Indisoluble comunión, inseparable pertenencia a la totalidad del mundo exterior. Este estado es propio de la infancia, especialmente al momento de nacer, de situaciones de intenso placer y de situaciones místicas. Este es un aspecto importante de la experiencia creativa, tal como aparece reflejado en el concepto de flujo propuesto por Mihaly Csikszentmihalyi.
En el primer capítulo de “El malestar de la cultura” Freud narra un intercambio epistolar que mantuvo con un afamado escritor de la época, que finalmente resultó ser Romain Rolland, sobre el origen de la religión. Aunque Rolland es muy crítico con las religiones establecidas acepta que su origen primordial se sustenta en una experiencia subjetiva denominada “sentimiento oceánico”. Freud confiesa ser incapaz de experimentar esta sensación aunque reconoce su existencia ya que el testimonio del literato no es el único que afirma la existencia de este tipo de emociones.
El sentimiento oceánico se manifiesta en el sujeto como la percepción de que las fronteras entre el yo y el mundo se diluyen por un instante. Esta disolución permite al individuo captar el mundo como totalidad orgánica, interdependiente y bella en sí misma. Los problemas personales se tornan nimios y durante unos momentos nuestro cuerpo se llena de un einusual placer beatífico.
¿De dónde provendría esta sensación? Para Rolland y para aquellos abiertos a la trascendencia, el “sentimiento oceánico” sería una ventana abierta a un mayor nivel de comprensión de la realidad. Es decir, estos estados de conciencia, ya surjan de manera espontánea o sean buscado, nos permiten intuir la imbricación profunda y con sentido de todos los elementos que constituyen la pluralidad de lo que percibimos. Este sentimiento sería, según Rolland, el origen de la religión.
Freud, desde una perspectiva atrascendentalista, no negará el sentimiento en sí sino la interpretación que de él hace Rolland. El psiquiatra hace un análisis de como se genera en nosotros el concepto de yo; el bebe durante la gestación no siente claramente los límites físico que existen entre el líquido amniótico y su propio cuerpo. En este primer estadio, es un uno indiferenciado con la madre gestante pero el parto no cambia sustantivamente este sentimiento de indeferenciación; el niño solo aprende que es algo distinto al mundo que le rodea tras un largo proceso de desarrollo, en este proceso comprende que el placer y el dolor no proceden de uno mismo sino que es generado por entes distintos a él. De este modo, paulatinamente adquiere la capacidad yoica, i.e., llega a distinguirse del mundo circundante y, por lo tanto, a ser autoconsciente. En este punto Freud concluye que tal sentimiento no puede ser el origen de la religión ya que la fuerza creativa de la mente humana nace de la satisfacción de una necesidad, no de la regresión momentánea a un estadio psíquico anterior.
Enlace permanente: Sentimiento Oceánico - Fecha de actualización: 2018-10-28 - Fecha de creación: 2012-07-27