Síndrome del Ciempiés
Se cuenta de una cucaracha que preguntó a un ciempiés cuál pie movía primero para caminar. Este quedó confundido y sin respuesta, al poco rato quiso caminar y se tropezó. Tal vez éste sea un ejemplo límite de falta de autoconocimiento. El ciempiés podía desplazarse sin problemas y lo hacía continuamente, pero frente una pregunta que requería un mínimo de conocimiento personal quedó completamente desestabilizado. En la práctica pueden realizarse numerosas acciones sin haber pensado profundamente sobre lo que hay detrás de ellas. Es más, puede ocurrir una vida entera sin que una persona se haga siquiera algunas preguntas que superen la trivialidad y penetren la apariencia. Desgraciadamente el síndrome del ciempiés está extendido, no obstante la respetable tradición socrática que reconoce la superioridad del conocimiento personal por sobre el conocimiento de los objetos.