Glosario Educación física / Término

Habilidades motrices específicas

(HME) Combinaciones de habilidades básicas y su adaptación a unos propósitos específicos.

Las habilidades específicas son la capacidad de conseguir un objetivo concreto, es decir, la realización de una tarea motriz definida con precisión.

Técnica o patrón de movimiento específico de un deporte.

HMD: Abreviatura de Habilidad motriz deportiva.


Combinaciones de habilidades básicas y su adaptación a unos propósitos específicos. (De la Torre, E. (1995). Apuntes sobre elementos estructurales de las actividades y juegos de iniciación deportiva).


Clasificación según el modelo motriz de Gallahue, en el cual se utilizan las habilidades motrices respecto del aprendizaje de un deporte en específico.


La categoría de las habilidades motrices específicas normalmente no figuran en las taxonomías de la mayoría de los otros especialistas, y lo que aquí denominamos como habilidades especializadas y complejas que referencian, entre otras, a las técnicas deportivas, los demás autores las llaman habilidades específicas. Lo particular de esta forma de ver a las habilidades motoras pasa por ubicar a las “habilidades específicas” como nexo entre las habilidades básicas y las habilidades deportivas (especializadas y complejas).


Las habilidades específicas son la capacidad de conseguir un objetivo concreto, es decir, la realización de una tarea motriz definida con precisión.

Podemos encuadrar las habilidades motrices específicas en 4 grupos:

  • Habilidades atléticas.
  • Habilidades gimnásticas.
  • Habilidades de lucha.
  • Habilidades de deportes colectivos.

Las habilidades motrices específicas son la combinación de varias habilidades motrices básicas. Por ejemplo, saltar y lanzar.

Siguiendo con el anterior ejemplo, en deportes como el baloncesto se presenta esta combinación de habilidades. Por ejemplo, en el lanzamiento a canasta en suspensión.

Cabe mencionar que, si son específicas de una actividad deportiva, reciben el nombre de habilidades deportivas especializadas.

En educación física se presentan en los juegos que realizamos, como por ejemplo, el “pelota contacto”. En esta actividad lúdica el niño que se la queda tiene que intentar dar a algún compañero lanzando una pelota.

Siguiendo a Sánchez Bañuelos (1984), las habilidades motrices específicas se orientan hacia la mejora de la condición física y en torno a la búsqueda de una mejor ejecución del movimiento.

El momento más adecuado para trabajarlas es en educación secundaria y bachillerato, de los 13 a los 17 años. Para ello se recomienda emplear una gran variedad de tareas motrices.

Evolución de las habilidades motrices

Sanchez Bañuelos distingue 4 fases en la evolución de las habilidades motrices básicas, las cuales vamos a desarrollar a continuación:

Desarrollo de las habilidades perceptivas

Entre los 4 y los 6 años los niños aprenden las habilidades perceptivas mediante tareas motrices habituales.

Las actividades que se realizan en esta etapa tienen como objetivo principal que el niño conozca su cuerpo y el espacio que le rodea.

Algunas de las acciones motrices que se llevan a cabo en esta fase son: caminar, correr, agacharse, levantarse, presiones y distensiones, entre otras.

Desarrollo de las habilidades motrices básicas

Este periodo transcurre entre los 7 y los 9 años, es decir, cuando el estudiante se encuentra cursando la educación primaria.

Durante la misma se desarrollan de manera natural las habilidades genéricas junto al resto de capacidades motrices.

Asimismo, en esta fase se produce una diversificación del movimiento. Es decir, los niños adquieren una mayor capacidad para realizar patrones motores de dificultad creciente.

Iniciación a las habilidades motrices específicas

Esta etapa tiene lugar entre los 10 y los 13 años. Según algunos autores, es la «edad de oro» para el desarrollo de las habilidades motrices.

Esto se debe a la mielinización de la mayoría de las ramificaciones nerviosas, la cual permite la maduración del sistema nervioso central.

Cabe mencionar que durante esta fase se trabajan algunas habilidades motrices específicas a través del juego modificado. Por ejemplo, con juegos en los que tengan que lanzar en carrera.

Desarrollo de las habilidades motrices específicas

Las habilidades motrices específicas están presentes en los deportes que practican en educación secundaria y bachillerato.

Por tanto, esta fase transcurre entre los 14 y los 17 años. En el desarrollo de la misma se enseñan diferentes actividades deportivas.

Entre ellas se encuentran el baloncesto, el voleibol y el bádminton. No obstante, en cada centro se trabajan diferentes disciplinas.

Asimismo, esta mejora en el componente cualitativo del movimiento va acompañada de una incremento de la condición física, la cual constituye la parte cuantitativa.

Juegos para trabajar las habilidades motrices básicas

Hay numerosos juegos para trabajar las habilidades motrices básicas. Al respecto, Secadas señala que es el mejor instrumento para su enseñanza porque permite aprovechar lo útil y deshacerse de lo innecesario.

Además, posibilita que el niño desvíe su atención de las fases superadas del aprendizaje y afiance la destreza. De tal modo, favorece la progresión hacia la adquisición de las habilidades motrices específicas.

Los juegos para trabajar las habilidades motrices genéricas los vamos a clasificar en:

  • De desplazamiento
  • De salto
  • Con giros
  • De lanzamiento y recepción

Juegos de desplazamiento

Stop
  • Organización: gran grupo.
  • Desarrollo: se la queda un niño que tiene que intentar pillar a alguno de sus compañeros. Los últimos, para evitar ser dados, pueden decir “stop” y pararse con las piernas abiertas. Éstos podrán ser salvados cuando otro alumno pase por debajo de sus piernas.
  • Variantes:

    • Aumentar el número de niños que se la quedan.
Virus A
  • Organización: gran grupo.
  • Desarrollo: un estudiante tendrá que intentar dar al resto. Cuando pilla a otro niño, lo contagia con el “virus A”. Éste último se la quedará también. Así hasta que no quede ninguno por pillar. Para identificar a los alumnos que han sido tocados, deberán de llevar siempre una mano encima de su cabeza.
La araña
  • Organización: gran grupo.
  • Desarrollo: se la queda un niño, que tendrá que pillar al resto. Cuando un alumno es dado, se convierte en “tela de araña”; éstos podrán pillar, pero sin moverse del sitio. El juego termina cuando todos los participantes han sido dados.
  • Variantes:

    • Incrementar el número de jugadores que se la quedan.

    • Incluir una “araña trampa”; ésta será el profesor. Cabe mencionar, que no podrá correr, solo caminar.

Juegos de salto

La rayuela
  • Organización: en grupos. Para ello pintar varias rayuelas.
  • Desarrollo: se pinta la rayuela, con números del 1 al 10. Cada niño contará con una piedra y se establecerá un orden de actuación. Tendrán que lanzar la piedra al número que les toque. De modo que, el primer número al que deben de tirar es el 1. Si el que empieza acierta, realizará los saltos correspondientes hasta llegar al número 10. Después volverá y cogerá la piedra para lanzar al siguiente número. Si falla, será el turno del siguiente niño. En el caso de que la piedra caiga en la línea de la casilla del número al que se lanza, hay que volver a tirar. El primero en llegar a 10 será el ganador.
  • Observaciones:

    • En los números 1,2,3,6 y 9 hay que saltar a la pata coja.

    • Para el 4 y 5, 7 y 8, y 10 con los pies juntos.
  • Variantes:

    • Una vez que se llega al 10, hay que realizar la rayuela en sentido inverso hasta llegar al 1.
La comba
  • Organización: en grupos de 6.
  • Desarrollo: 2 alumnos dan la comba y el resto la salta. Cada cierto tiempo se irá cambiando a los niños que están en los extremos.
  • Formas de saltar:

    • Desde parado.

    • Entrando.

    • Con la comba en movimiento, entrar y salir.
Carrera de canguros
  • Organización: en grupos de 4 o 5.
  • Desarrollo: los niños tienen que llegar hasta un cono y volver saltando con los pies juntos.
  • Variantes:

    • En parejas, dados de la mano.

    • A la pata coja.

Juegos con giros

Rollito de primavera
  • Organización: en grupos de 5.
  • Desarrollo: se enrolla a un estudiante dentro de una colchoneta y después se le desenrolla.
Troncos
  • Organización: en grupos de 6.
  • Desarrollo: 5 niños se colocan boca bajo. Uno pasará rodando por encima del resto y se pondrá boca abajo el primero; el segundo hará lo mismo y así sucesivamente.
  • Variantes:

    • Hacer el juego competitivo. El grupo que antes llegue al cono gana.
Cinta transportadora
  • Organización: en grupos de 6.
  • Desarrollo: los participantes se colocan boca abajo. Un niño se pondrá encima del primero y los otros tendrán que rodar hasta que el que está encima se encuentre sobre el último.

Juegos de lanzamiento y recepción

Balón prisionero
  • Organización: 2 equipos, uno en frente del otro. Cada uno en un cuadrado.
  • Desarrollo: los participantes de cada conjunto tienen que intentar eliminar a los componentes del otro. Si consiguen dar con una pelota a un niño, sin bote previo, queda descalificado. En el caso de coger el balón en el aire, se consigue una vida. Ésta podrá ser usada para salvar a un compañero. El juego termina cuando se eliminan a todos los rivales.
  • Variantes:

    • Establecer el cementerio, lugar al que van los niños eliminados de un equipo, detrás del equipo adversario. Éstos seguirán jugando en lugar de ser descalificados. Cuando les llegue la pelota, podrán pasársela a un compañero o tirar a dar.
Pies quietos
  • Organización: gran grupo, todos dentro de un círculo.
  • Desarrollo: un alumno lanza la pelota hacia arriba y dice el nombre de otro; el resto escapa lo más lejos posible. Si el niño con ese nombre coge el balón en el aire, podrá volver a lanzarla y nombrar a otro compañero. En caso de que la pelota bote en el suelo, tendrá que decir “pies quietos”. Cuando se pronuncie esta frase, nadie podrá moverse del sitio en el que se encuentre. El que tiene el balón dará 3 pasos y le lanzará la pelota para dar con ella a algún jugador. Si lo alcanza, el que ha sido dado suma 1 punto negativo y será el siguiente en decir el nombre de otro niño. En el supuesto de que el lanzador fallase, será el quien obtenga el punto y el estudiante que hubiera dicho su nombre volverá a decir el de otro. Cuando un participante alcanza los 3 puntos, es eliminado.

Coordinación

Le Boulch define la coordinación como: “la actuación conjunta de las propiedades del SNC y de la musculatura esquelética con el objetivo de dar respuesta de manera eficaz a las demandas presentes en una tarea motriz”.

Está presente en todas las habilidades motrices básicas y su desarrollo depende de factores genéticos. Por tanto, un incremento de la capacidad coordinativa depende de:

  • El entrenamiento de las habilidades genéricas.
  • Los procesos de maduración que tienen lugar en el SNC.

Además, cabe señalar que un niño bien coordinado aprende más rápido; realiza movimientos con mayor eficacia y fluidez; y estará más relajado, entre otras cuestiones.

Existen numerosas clasificaciones de la coordinación, entre ellas destaca la de Le Boulch, que distingue entre:

  • Coordinación dinámico-general: implica el movimiento de todo el cuerpo, generalmente se presenta a través de desplazamientos. Por ejemplo, la carrera.
  • Coordinación segmentaria: supone afianzar la destreza en alguno de los segmentos corporales. En función de los mismos, distinguimos entre:

    • Óculo-cabeza. Por ejemplo, rematar un balón con la cabeza.

    • Óculo-manual. Por ejemplo, Lanzar una pelota con la mano.

    • Óculo-pédica. Por ejemplo, golpear un balón con el pie.

Equilibrio

Mouska Moston define el equilibrio como “la capacidad de sostener cualquier posición del cuerpo pese a la acción de la fuerza de la gravedad”.

Por otra parte, Blanquez la entiende de la siguiente manera: “facultad de mantener el centro de gravedad del cuerpo sobre la base de sustentación”.

El equilibrio es una cualidad coordinativa que depende de la maduración del sistema nervioso central. De modo que, depende de la mielinización de las ramificaciones nerviosas.

Este proceso se encuentra prácticamente terminado hacia los 10 o 12 años. Por tanto, el mejor momento para trabajarla es a partir de 5º y 6º de primaria.

Según Mouska Moston, hay 3 tipos de equilibrio:

  • Dinámico: este se presenta en la realización de acciones motrices que implican movimiento. Por ejemplo, correr. También lo encontramos en ejercicios como el de elevar y bajar una pierna extendida en bipedestación.
  • Estático: se caracteriza por la ausencia de movimiento. En este sentido, nos encontramos con 2 subtipos:

    • Estático-postural: es el que nos permite mantener una postura erguida cuando estamos de pies o sentados.

    • Estático-deportivo: este es específico de cada disciplina deportiva. Por ejemplo, el ballet.
  • Post vuelo o post movimiento: es la capacidad de mantener el equilibrio tras una acción motriz de carácter dinámico. Por ejemplo, en el lanzamiento de jabalina, después de lanzarla hay que adoptar una posición corporal que evite pisar la línea.

Enlace permanente: Habilidades motrices específicas - Fecha de actualización: 2020-08-26 - Fecha de creación: 2018-01-26


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