Se refiere a la actividad mental centrada en el propio funcionamiento psicológico; es conciencia y regulación del mundo interior, en oposición a las actividades centradas a la información proporcionada por el mundo exterior. El concepto de metacognición se interpreta como el conocimiento y la dirección del pensamiento y de la conducta.
Es el conocimiento que realiza una persona sobre sus propios procesos cognitivos, emotivos e interpersonales. Es la herramienta superior de la creatividad, la que posibilita el desarrollo de la capacidad creadora en la solución de problemas. (Adaptado de Varios Autores y Zubiría, J. 2002).
El pensamiento también puede ser objeto del pensamiento, como si se mirara en su propio espejo. Esto es lo que actualmente se llama metacognición, y equivale al conocimiento que una persona elabora acerca de sus procesos y resultados cognitivos, incluyendo alcances y limitaciones de su potencial, así como las destrezas relativas al éxito del aprendizaje, la búsqueda y manejo de la información, y el control, monitoreo y evaluación de sus procesos de pensamiento. Adicionalmente, forma parte de la metacognición identificar y comprender las distintas formas de la influencia social que actúan sobre la persona. Los dos aspectos de la metacognición en los cuales se ha puesto mayor énfasis en la actualidad son autoconocimiento y autorregulación. (Adaptado de Sanz de Acedo, M. 2010).
En términos más descriptivos, los procesos metacognitivos se traducen en capacidad para: 1. Aprender a aprender. 2. Aprender a desaprender. 3. Comprender el sentido específico de cada tarea o problema. 4. Discriminar acerca de los distintos recursos y procedimientos con que se puede enfrentar una tarea. 5. Reconocer las distintas modalidades de la influencia social que actúan en las propias interacciones.