Complejo de castración
La rivalidad edípica con los padres provoca en el niño varón la angustia de castración. La niña no la padece, pero también ella puede sentirse “castrada”, puede tratar de mostrar que posee un sustituto (simbólico) adecuado al pene, o experimentar angustia ante cualquier órgano, objeto o actividad que sea para ella un equivalente del pene. Según, Freud, el origen de este complejo se remonta a la envidia del pene. Ha sido muy criticado por las feministas.