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Asimilación cognoscitiva

Proceso en virtud del cual el sujeto modifica la realidad externa para adecuarla (asimilarla) a sus propias estructuras cognoscitivas, de lo cual resulta que conocer no es copiar, sino construir la realidad. En contraste con la asimilación orgánica, de interés para la biología, el concepto de asimilación cognoscitiva tiene especial relevancia en la teoría piagetiana de la inteligencia en la medida que contribuye a dar cuenta de su desarrollo evolutivo, y, conjuntamente con la acomodación, constituyen los ingredientes básicos del funcionamiento intelectual. La asimilación cognoscitiva, o simplemente asimilación, se puede clasificar de acuerdo a distintos criterios. Según intervenga en la construcción de esquemas o en la coordinación de esquemas, podrá ser acumulativa o recíproca, respectivamente. La asimilación acumulativa puede a su vez ser reproductiva, recognoscitiva o generalizadora. Y según el periodo del desarrollo donde tenga lugar, podrá ser sensorio-motriz, etc.

Generalidades.- Mientras la asimilación orgánica tiene interés para el biólogo, la asimilación cognoscitiva es de especial interés para la teoría de la inteligencia. En general cuando Piaget habla de 'asimilación', y salvo indicación en contrario, se está refiriendo a la asimilación cognoscitiva.

Señala Flavell que la asimilación "se refiere al hecho de que todo enfrentamiento cognoscitivo con un objeto ambiental forzosamente supone algún tipo de estructuración (o reestructuración) cognoscitiva de ese objeto en consonancia con la naturaleza de la organización intelectual que ya es propia del organismo. Todo acto de inteligencia, por más rudimentario y concreto que sea, supone una interpretación de algo de la realidad externa, vale decir, una asimilación de ese algo a

algún tipo de sistema de significado existente en la organización cognoscitiva del sujeto" (18, 68). El mismo autor establece un paralelismo entre 'asimilar' y 'construir' la realidad externa, considerando ambos conceptos equivalentes. Ello está de acuerdo con la postura epistemológica piagetiana: sólo basta reemplazar 'construir' por 'asimilar', y 'construcción' por 'estructura u organización' (18, 68). Con estas equivalencias, Flavell intenta mostrar que para Piaget el conocimiento no es una simple copia de la realidad, sino una genuina construcción, y que el sujeto no es, por tanto, un sujeto pasivo, sino activo. Clasificación.- Mencionemos los principales criterios que utiliza Piaget para clasificar los procesos de asimilación cognoscitiva.

La asimilación cognoscitiva puede ser acumulativa y recíproca. Los esquemas de acción y sus coordinaciones son construidos a partir del proceso integrador de la asimilación. Un esquema de acción se construye a partir de asimilaciones acumulativas (reproductivas, recognoscitivas, generalizadoras); Posteriormente, dos esquemas de acción se coordinarán entre sí gracias a las llamadas asimilaciones recíprocas (2, 76).

b) Las asimilaciones acumulativas, o también llamadas simples por Flavell (18, 116), pueden ser reproductivas, recognoscitivas y generalizadoras. A propósito de la construcción de esquemas de acción (succión, prensión, etc), Piaget describe la asimilación como una función muy general que se presenta bajo tres formas indisociables: 1) asimilación funcional o reproductora, que consiste en repetir una función y en consolidarla por este mismo hecho; 2) asimilación recognoscitiva, que consiste en discriminar los objetos asimilables a un esquema dado, y 3) asimilación generalizadora, que consiste en extender el dominio de este esquema (2, 75). Esquemáticamente, podemos decir que mediante la asimilación reproductiva el niño se ejercita en la succión y por ello lo hace cada vez mejor, por la asimilación recognoscitiva puede diferenciar aquellos objetos succionables de los no succionables, y por la asimilación generalizadora puede incorporar nuevos objetos como succionables. Estos tres tipos de asimilación continúan manifestándose más adelante: por ejemplo (18, 120-124), en el estadio 3 del periodo sensorio-motor la asimilación reproductiva está en la base de las reacciones circulares secundarias, la asimilación recognoscitiva guarda relación con el reconocimiento motor, y la asimilación generalizadora con los procedimientos para prolongar espectáculos interesantes. En suma, quedan así descriptas las "tres características funcionales y evolutivas básicas de todos los esquemas asimilativos: repetición, generalización y diferenciación-reconocimiento" (18, 76).

c) También pueden clasificarse los procesos de asimilación según el periodo en que tienen lugar. Así, se habla de una asimilación sensorio- motriz (9, 19) (18, 70), de una asimilación en el periodo preoperatorio (9, 19) (18, 171), etc.

Asimilación sensorio-motriz.- Expresión utilizada por Piaget (9, 19) (3, 109) para designar todo proceso de asimilación que tiene lugar durante los dos primeros años de vida. Véanse ejemplos en los artículos Asimilación Reproductiva, Asimilación Recognoscitiva y Asimilación Generalizadora.

Asimilación en el periodo preoperatorio.- Tienen lugar entre los 2 y los 7 años aproximadamente; por ejemplo, la asimilación en el juego simbólico. La función de asimilación al yo que cumple el juego simbólico se ve en el ejemplo que da Piaget de una niña que, vivamente impresionada por un pato desplumado que vio sobre la mesa, se tendió luego sobre un canapé. Sus padres, creyéndola enferma le preguntaron qué le pasaba, a lo que ella contestó: "¡Yo soy el pato muerto!"(9, 67). En general, el papel de la asimilación en la función simbólica es el de "proporcionar el significado al cual se refiere el significante. En otras palabras, el sujeto da significación a sus significantes al asimilarlos a los hechos (más precisamente, a los esquemas relativos a los hechos) que los significantes denotan". En palabras de Piaget: "los datos presentes pueden asimilarse a los objetos no percibidos, meramente evocados, es decir, objetos que han tomado significados proporcionados por asimilaciones anteriores". La niña del ejemplo anterior, al decir que ella es un pato muerto, está asimilando a su yo un objeto evocado, ausente, no presente.

Asimilación y acomodación.- Estos dos aspectos de la adaptación son invariables, en el sentido de que siempre, en cualquier etapa del desarrollo, están ambos presentes. Sin embargo, la relación que se establece entre asimilación y acomodación es variable, porque es diferente tanto entre una etapa y otra, como dentro de una misma etapa (18, 68 y 77). Flavell indica que "en una exposición de la teoría de Piaget el análisis de las vicisitudes de esta relación es tan necesario como la descripción básica de las mismas invariantes" (18, 78). Para este mismo autor, la relación entre asimilación y acomodación puede sufrir, entonces, dos tipos de cambios: a) cambios evolutivos, que tienen lugar entre etapas diferentes, y b) cambios no evolutivos o fluctuaciones momentáneas, que acontecen dentro de una misma etapa particular.

Cambios evolutivos de la relación entre asimilación y acomodación.- Flavell sistematiza estos cambios dividiéndolos en dos etapas: aquellos que ocurren durante la infancia y que proporcionan el paradigma básico, y aquellos que ocurren después de la infancia. En términos de periodos de desarrollo, los primeros acontecen en el periodo sensorio- motor y los últimos desde el periodo preoperatorio en adelante, de manera entonces que el límite es aproximadamente la edad de dos años.

Cambios evolutivos durante la infancia: En términos generales, los cambios en la relación entre asimilación y acomodación que ocurren durante los dos primeros años de vida pueden expresarse así: "el desarrollo pasa de un estado inicial de profundo egocentrismo, en el cual la asimilación y la acomodación están indiferenciadas y, a pesar de ello, son mutuamente antagónicas u opuestas en su funcionamiento, hasta un estado final de objetividad y equilibrio en el cual las dos funciones son, por una parte, relativamente separadas y distintas y, por la otra, coordinadas y complementarias" (18, 78). Esta afirmación es ascendida por Piaget al rango de una 'ley evolutiva' (7, 317). La asimilación y la acomodación tempranas están indiferenciadas porque "el acto de asimilar un objeto a un esquema está absolutamente confundido e indiferenciado con los ajustes acomodativos intrínsecos a ese acto. No es que el bebé deje de tomar en cuenta los objetos, es decir, deje de acomodar sus movimientos a los contornos específicos de ellos. Lo hace, y estas descuidadas acomodaciones producen cambios en los esquemas asimilativos. Antes bien, el bebé no tiene una forma de distinguir sus actos de los hechos de la realidad que esos actos producen o de los objetos de la realidad con los cuales se relacionan" (18, 78-79). La oposición entre asimilación y acomodación resulta de la indiferenciación antes indicada. Recordemos que la asimilación es 'conservadora' y la acomodación es 'progresista' y así, "una acomodación nueva y exploratoria, en lugar de constituír la bienvenida irrupción en lo desconocido que dará lugar a una diferenciación de los esquemas existentes, al principio es experimentada simplemente como un obstáculo molesto para la asimilación habitual y es ejecutado, por así decirlo, bajo compulsión". La indiferenciación y la oposición entre ambas invariantes funcionales definen esencialmente el egocentrismo (ver Egocentrismo). A medida que progresa el desarrollo sensorio-motor, asimilación y acomodación se tornan cada vez más diferenciadas y complementarias: "con la gradual separación entre el yo y el mundo, las acomodaciones finas a los matices de las cosas llegan a ser experimentadas como importantes empresas en y por sí mísmas, empresas que ahora se distinguen de las asimilaciones que estos nuevos descubrimientos hacen posible". Pero, ¿qué consecuencias traen estos cambios en la relación entre asimilación y acomodación durante el periodo sensorio-motor? De acuerdo a Flavell, "junto con la creciente diiferenciación y equilibrio de las dos funciones durante el periodo sensorio-motor se produce un desarrollo de gran significación para la inteligencia: hay al mismo tiempo un proceso centrífugo de objetivación gradual de la realidad externa y un proceso centrípeto de surgimiento de la autoconciencia, es decir, el yo comienza a ser visto como un objeto entre objetos". Al comienzo existe una amalgama indiferenciada de objeto-acción, y hacia el final el objeto se diferencia adquiriendo independencia, lo que sólo es posible cuando es insertado en varios esquemas coordinados entre sí. Por ejemplo, "la matraca surge gradualmente como una cosa distinta de la acción del niño sólo cuando él puede insertarla en esquemas sensorio-motrices múltiples, v.g., cuando puede aprehenderla como algo que puede fijarse visualmente (esquema 1), para agarrarla (esquema 2), para agitarla y escuchar el sonido que produce (esquemas 3 y 4), etc.

En síntesis, durante el desarrollo sensorio-motor el constante trabajo de la asimilación y la acomodación da lugar a una organización de esquemas cada vez más rica y elaborada. A su vez, la elaborada trama de esquemas interrelacionados que así se constituye hace posible ver los objetos como 'cosas que están allí fuera', independientes de la propia actividad" (18, 82).

Cambios evolutivos después de la infancia: El pasaje de la indiferenciación y antagonismo hacia la diferenciación y complementariedad entre asimilación y acomodación que describimos para las acciones sensorio-motores, vuelve a repetirse ahora para las manipulaciones simbólicas y representativas. Esto significa que también vuelve a reiterarse el pasaje de un egocentrismo inicial hacia una progresiva diferenciación entre el yo y el mundo. Esta repetición es un ejemplo de desfasaje vertical. Así, "el niño egocéntrico de edad preescolar, de modo semejante al bebé egocéntrico de tres meses, no tiene conciencia de que sus diversas representaciones de la realidad están distorsionadas de diversas maneras como consecuencia de su incapacidad para ver las cosas desde perspectivas distintas de la propia". Y así como hacia el final del periodo sensorio-motriz se establece una diferenciación y una complementariedad entre asimilación y acomodación, así también hacia el final del desarrollo de la construcción simbólica ocurre otro tanto aunque ya no en el nivel del comportamiento sensorio-motor elemental. En ambos casos, "la cognición se inicia siempre en las márgenes en que el yo y el medio coinciden [indiferenciación] y se abre camino al mismo tiempo hacia las regiones interiores de cada uno de ellos".

b) Cambios no evolutivos de la relación entre asimilación y acomodación.- Cuando nos referíamos a cambios evolutivos, aludimos a una marcha hacia un equilibrio entre asimilación y acomodación, donde cada una puede 'dirigir o controlar' a la otra: las asimilaciones organizan y dirigen las acomodaciones, y a su vez los ajustes acomodativos al mundo real evitan que la asimilación sea desenfrenadamente autística. Los cambios no evolutivos hacen referencia a una marcado desequilibrio entre asimilación y acomodación. Tal es el caso de la imitación, con un neto predominio de la acomodación, y el juego simbólico, con un neto predominio de la asimilación.

Por ejemplo, "en el juego el objetivo primordial es amoldar la realidad al capricho del cognoscente; en otras palabras, asimilar la realidad a diversos esquemas otorgando poca importancia a la precisa acomodación a esa realidad (...). Por otra parte,en la imitación es la acomodación la que ocupa una posición de supremacía. Toda la energía es concentrada en la tarea de tomar exacta cuenta de los detalles estructurales de la realidad que se imita y en amoldar con precisión el propio repetorio de esquemas a esos detalles". En lo casos donde ninguna función predomina sobre la otra, Piaget habla de inteligencia adaptada, adaptación, o simplemente de inteligencia. (Para una mayor información sobre las relaciones entre asimilación y acomodación, véase Adaptación.)

Asimilación y afectividad.- Señala Piaget que "en toda asimilación el motor o la energética son de índole afectiva (deseo y satisfacción) mientras que la estructura es de naturaleza cognoscitiva (el esquema en tanto organización sensorio-motriz). Asimilar un objeto puede simultáneamente tender a satisfacer una necesidad y a conferir una estructura cognoscitiva a la acción" (2, 75-76). Así, toda asimilación es a la vez cognoscitiva y afectiva. Dice Piaget que "la vida afectiva, como la vida intelectual, es una adaptación continua [y] dado que la vida afectiva es adaptación, también implica una constante asimilación de situaciones presentes a otras anteriores, asimilación que da lugar a esquemas afectivos o modos relativamente estables de sentir y reaccionar..." (18, 99-100). Por su parte, Flavell nos indica que al igual que en la asimilación sensorio- motriz, las acciones realizadas con personas son iguales a las demás acciones: "tienden a ser reproducidas (asimilación reproductiva) y a descubrir otras nuevas (asimilación generalizadora), se trate de un afecto, una tendencia agresiva o cualquier otra".

Enlace permanente: Asimilación cognoscitiva - Fecha de actualización: 2019-05-02 - Fecha de creación: 2019-05-02


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