Glosario Tradición religiosa / Término
Impostura de gran extensión hoy en día en la que se mezclan de manera caótica y comercial todas las desviaciones y herejías mantenidas a raya durante siglos. Encontramos aquí un neo-paganismo, neo-panteismo, culto a los espíritus (espiritismo), adivinación, sicologismos de toda índole, pseudo-orientalismos, mancias, y todo tipo de talleres de astrología, biorritmos, dinámica mental, trabajo corporal, hipnosis, sanación etc. etc. No encontraremos nada espiritual en todo este inventario. No lo hay.
En la base de todo este embrollo está la confusión entre lo síquico, para-psiquico, emocional o simplemente sensorial con lo espiritual.
El fenómeno, en realidad, no es nuevo. Lo que es nuevo es la popularización creciente y masiva de ciertas heterodoxias que hasta el momento se habían mantenido limitadas. El gran error que comete el movimiento Nueva Era es el de confundir los ámbitos psíquicos con los espirituales. En palabras de René Guénon: «Es una consecuencia natural del hecho que los occidentales, desde hace ya largo tiempo no saben distinguir más el "alma" del "espíritu" (y el dualismo cartesiano tiene seguramente mucho que ver con ello, pues confunde en una sola y misma cosa todo lo que no es el cuerpo, y esta cosa vaga y mal definida se designa indiferentemente con uno u otro nombre». Esta confusión puede darse de dos formas inversas: «en la primera lo espiritual es reducido a lo psíquico (se pretenden dar explicaciones psicológicas a las verdades espirituales); en la segunda el psiquismo es por el contrario tomado por lo espiritual» y es precisamente este caso el que se da en la «Nueva Era».
Enseñan las doctrinas tradicionales que el hombre está constituido de cuerpo, alma y espíritu (soma, psiqué y nous en la tradición greco latina); que refleja la constitución misma del universo como imagen de Dios. Así como la integralidad del hombre es triple, siguiendo la ley de correspondencias, también lo es el alma; esta triple constitución del alma la denominaban los filósofos escolásticos con los nombres de alma racional, alma irascible y alma concupiscible, lo que se podría traducir hoy por mente, emociones y sentidos. En todas estas divisiones siempre se establece de forma natural una jerarquía entre los diferentes estado o facultades del ser humano, como del universo todo. Así, en el hombre, el espíritu debe imperar sobre todo el conjunto, acto seguido vendría la razón, la emotividad y, por último, los sentidos, estrechamente ligados ya al cuerpo.
En los diferentes grupos Nueva Era vemos, por el contrario, imperar no ya el Espíritu, ni siquiera la razón, sino la emotividad pura, cuando no los sentidos mismos, por esta auténtica manía de experimentarlo todo, como si la pura experiencia sin doctrina alguna pudiese provocar el más mínimo conocimiento o realización verdadera.
Así en este tipo de movimientos nueva-era, el hombre, dominado por la naturaleza más baja de su ser, queda sujeto a los contínuos vaivenes de la emocionalidad que le impiden obtener la estabilidad necesaria para levar a cabo su crecimiento normal.
La pretensión de una realización espiritual en el ámbito mental propia del movimiento nueva-era es una imagen prácticamente invertida de la Tradición, tomando el aspecto de una grotesca parodia, marca que revela su naturaleza pues como es bien sabido; «Satán es el mono de Dios»
Mas información en "Las Grietas de la Muralla" de la página Amnesia.
Enlace permanente: Nueva Era - Fecha de creación: 2014-12-25